Mantenía el otro día una conversación con unos amigos, de
esas de las que entre cuatro se arregla el mundo y aún nos quedamos con ganas,
cuando me di cuenta de error de interpretación que uno de ellos, para mi sorpresa
seguidor de El Blanquinal, tenía
respecto al significado de esta sección.
Vamos a ver, no es lo mismo hablar del “problema” de España
que de los problemas de España. De estos últimos tenemos a capazos llenos y más
en los tiempos que corren: económicos en todas sus vertientes, políticos, de confianza,
institucionales, de falta de motivación, etc., pero no va por ahí la intención
de la serie. El “problema” de España, así, entre comillas, se refiere a la
preocupación intelectual que muchos de nuestros pensadores, fundamentalmente a partir de finales del siglo XIX, han tenido
sobre la esencia, el carácter, la historia,… de nuestra Nación. Se trata pues
de reflejar un estado de inquietud que tiene su línea de continuidad histórica,
con el propósito final de reflexionar sobre si la misma ha tenido razón de ser,
y si se trata de algo peculiar de los españoles o si también se da en otros
países.
Por cierto, os invito a que propongáis autores, en público o
en privado, que se hayan ocupado de este asunto.