viernes, 27 de mayo de 2011

En torno a la Virtud

Para Aristóteles, a través de dos tipos de virtudes diferentes se puede llegar a la felicidad. Una buena frase para un extraordinario fin de semana. Que lo disfrutéis.


"la virtud se manifiesta en un doble aspecto: uno intelectual, otro moral; la virtud intelectual proviene en su mayor parte de la instrucción o educación...., mientras que la virtud moral es hija de los buenos hábitos" 

Aristóteles

sábado, 21 de mayo de 2011

Indignaos

         Hablaremos sobre este interesante asunto. De momento unas reflexiones de Prada en su columna de hoy: 

           "Y ese fondo es el que asoma, magullado, malherido, hecho trizas o añicos, entre la empanada mental de proclamas que los chavales indignados lanzan contra el «sistema» que los ha moldeado; proclamas cuyo lenguaje acata los códigos que el propio «sistema» les ha inculcado: democracia participativa, libertades ciudadanas, subsidios, financiación pública, etcétera; y todo ello aderezado con un emotivismo párvulo y efervescente. Que es como si el esclavo le pidiera a su amo que lo esclavice más amorosamente, que le brinde mejor techo y comida más abundante; requerimiento que halaga al amo sobremanera, pues cuando el esclavo reclama mejoras en las condiciones de su esclavitud está reconociendo que sin esclavitud no podría sobrevivir ya, que no hay vida fuera de la esclavitud. Y entonces el amo le dice al esclavo con sorna, mientras satisface sus peticiones utilizando como remedio la causa de sus males: «¿Qué te parece? El mismo vino que te enfermó te cura y da salud»".
Juan Manuel de Prada

sábado, 7 de mayo de 2011

Comentario sobre Vida y tiempo de Manuel Azaña 1880-1940, de Santos Juliá

          A diferencia de lo que ocurre en Europa, el género biográfico no tuvo, hasta hace unos años, gran importancia en la producción ensayística española. Afortunadamente este vació se va poco a poco llenado con estudios mayoritariamente recomendables. El año pasado leí dos buenas muestras de lo que digo, una de ellas escrita por José Luis Ferriz sobre Miguel Hernández (Miguel Hernández. Pasión, cárcel y muerte de un poeta. Ediciones Temas de Hoy, 2010), y la otra obra del historiador Santos Juliá titulada Vida y tiempo de Manuel Azaña, 1880-1940 (Taurus, 2008), que es la que pretendo comentar.

          Azaña es una de las personalidades políticas de mayor calado y sin duda más representativas de la II República Española, sin temor a equivocarnos creo que si del amplio plantel de personajes que intervinieron en la década de los treinta tuviésemos que elegir a uno en el que de forma más diáfana convergiesen las luces y las sobras de aquella experiencia política, Azaña sería el mejor ejemplo. Personalmente siempre me ha interesado su figura y no solamente por la vertiente política sino también por la literaria, no podemos dejar pasar obras como El Jardín de los Frailes, los Diarios, necesarios para comprender mejor los acontecimientos del momento, o Una velada en Benicarló, que tengo lista para leer lo más pronto posible.    

          A quienes hayan bosquejado algunos de los numerosísimos libros escritos sobre la República, quizás hayan caído en la cuenta de la adjetivación que se hace de Azaña como el gran jacobino del régimen. Me agradó encontrar hace un par de años la que posiblemente sea la primera vez en que se le adjudicó esa calificación: lo hizo Josep Pla en su época de cronista parlamentario (Ver La Segunda Repúblico Española. Una crónica 1931-1936. Josep Pla. Ediciones Destino 2006); en el artículo que publica en La Veu de Catalunya el 17 de octubre de 1931, se refiere a don Manuel como “la gran personalidad que ha surgido en este régimen. Es el jacobino integral, hombre frio, de tipo oriental, que habla como un médico chino debe de manejar el bisturí” (pág. 186). Efectivamente Azaña parecía tener claro el papel que la República debía desempeñar en la historia de España, a formarse esta idea sin duda le ayudaron sus experiencias anteriores, perfectamente detalladas por Juliá, como fueron sus primeros estudios en los jesuitas de El Escorial, la militancia en el Partido Reformista de Melquiades Álvarez, pero sobre todo la vida social y cultural desarrollada junto a los máximos exponentes de la intelectualidad española en el Ateneo de Madrid del que fue muchos años secretario.

          Pero posiblemente sea esa idea cerrada, ese convencimiento de la trascendencia del momento, esa posición adanista, tan habitual por otra parte en la política española, la que le hizo perder la perspectiva de cuáles eran las circunstancias de la sociedad en aquel momento, a pasar por alto las creencias religiosas de una parte mayoritaria de la población, a estar convencido, como lo estaban Largo Caballero y Prieto, de que nunca debería permitirse a la derecha gobernar la República, aun ganando las elecciones, o a no tomar en consideración la deriva revolucionaria por la que los máximos representantes del régimen estaban escorando a aquella experiencia política.    

          Alejado del centro de decisiones durante la guerra aunque formalmente siguiese siendo Presidente de la República, fue casi al final partidario de buscar una paz honrosa aunque quizás nunca supo cómo hacerlo; ello le valió el enfrentamiento con el entonces presidente de gobierno Juan Negrín y con los comunistas. Dolores Ibarruri le calificará como “espíritu apocado” y José Diaz clamará advirtiendo que “En nuestro país, ni un minuto podría mantenerse en el Poder aquel hombre que siquiera pensara en la posibilidad de llegar a transacciones o compromisos con el enemigo”. El 4 de febrero de 1939, estando con su familia en el último pueblo de España, junto a la línea fronteriza con Francia, Azaña muestra una vez más su “completo desacuerdo con Negrín respecto a la oportunidad de proseguir la guerra y lamentó que sus frecuentes llamadas a la paz y las gestiones que había realizado para lograrla no hubieran tenido éxito”. Era demasiado tarde, probablemente las decisiones debían haberse tomado tiempo atrás, antes de que todo se torciera definitivamente con el golpe de estado de 1934, o incluso antes de que unos y otros viesen en el régimen un instrumento para hacer su revolución particular.

          Azaña moría en una habitación del Hotel du Midi de Montauban el 3 de noviembre de 1940, enfermo y acosado por Serrano Suñer que pretendía su extradición a España para ser juzgado por los vencedores de la guerra. Atrás quedaba su invocación, que quedará definitivamente para la historia, de “la patria eterna que dice a todos sus hijos: paz, piedad y perdón”.            

          Como resumen, creo que el ensayo de Santos Juliá tiene el mérito de ofrecer un recorrido completo por la biografía del personaje, sin establecer periodos estancos sino relacionando unas etapas con otras. Especial importancia tienen los datos anteriores a 1931, menos conocidos hasta ahora, y que nos ofrecen una visión integral de Azaña, diferente a algunos estereotipos existentes. Es cierto que Juliá es en general generoso con Azaña, pero esto no quita un ápice al valor que la obra en su conjunto tiene.  

ASCO

Sé que el título de este escrito no es propicio para un desarrollo racionalizado de lo que quiero decir. No me importa, ni lo pretendo ni tengo paciencia para ello. El viernes por la mañana, cuando en los primeras imágenes de las noticias veía a los representantes de la nueva formación batasuna celebrar la decisión del Tribunal Constitucional de la noche anterior, autorizándoles a presentarse a las elecciones municipales, mi sentimiento no fue otro que el de asco, de repugnancia, de pensar que una vez más nos habían tomado el pelo a los demócratas y que eso había sido por obra y gracia de la máxima instancia judicial, perdón, quiero decir de la máxima instancia de interpretación y decisión política (el propio portavoz de Bildu así lo reconocía), como es el citado Constitucional.

El cierto que este llamado tribunal no lo componen jueces de carrera, sino meros juristas procedentes de diversos ámbitos pero que no forman parte de la magistratura (la propia Constitución des dedica un Título, el IX, distinto al que trata sobre El Poder Judicial, el VI), es cierto que su elección se produce después que cada partido político proponga su “cuota”, es cierto que los seis “aceptantes” fueron todos curiosamente propuestos por el Psoe, es cierto  que el Gobierno, a través de la abogacía del Estado y la Fiscalía, haya por una parte, y cara a la galería, pretendido que esa formación no estuviese en las elecciones porque tenía pruebas evidentes de que formaba una parte de la estrategia de Eta, pero que a su vez se contradecía con que “sus” representantes en el TC les abriesen la puerta, es cierto que sobre todo esto se están vertiendo chorros de tintas estos días y a poco avezado que uno sea podría escribirse todo un artículo de contenido, pero nada de eso me apetece; cuando he sabido de las celebraciones de los presos de la banda terrorista en las cárceles, cuando he visto las lágrimas de las víctimas, cuando he contemplado y me he solidarizado con la desazón de tanta gente de bien, solamente una palabra me viene a la boca: asco.     


lunes, 2 de mayo de 2011

Un blog polític

Per als que esteu interessats en un nou blog de perfil politic al ambit local, vos dic que s´ha estrenat Populars de Beneixama, on els membres d´aquesta formació expresen les seues inquietuts amb relació a la política del poble. Sempre es bona la pluralitat.

El enllaç es:

http://popularsdebeneixama.blogspot.com/