domingo, 16 de febrero de 2014

XAVIER CASP (V)

              Ja hem dit que a l'any 1943 Casp publica el seu poemari Volar… , i al seguent crea, amb el seu amic Miquel Adlert Noguerol, l'Editorial Torre, en la que publicaran autors com Emili Beüt, Salvador Verdeguer, Enric Valor, Joan Valls, Joan Fuster, Vicent Andrés Estelles o Maria Beneyto entre altres.

          Que en plena postguerra poguera aparéixer una revista completament en valencià s'explica per diverses raons, com la presencia protectora d'algú tant respectat com Adlert, del pare Bertran o inclús perquè mesos després entrara Joan Fuster, que durant 1940 i 1941 fou assessor de cultura de los organitzacions juvenils de Falange i cap de premsa i propaganda del SEU a Sueca, càrrecs que renovà fins a finals de la dècada dels 60 (dades per cert, que no solen apareixen en moltes “biografies fusterianes”).

MANIA

Tinc la mania
de dur la vista cap a terra.
Sembla una greu misantropía
que se m’aferra.

La terra eixuta,
terra aplanada de sendera,
em diu la dèria absoluta
d’ésser sincera.

Ella, suau,
es va oferir a un peu benigne,
i els peus, després, li han fet esclaue
el millor signe…

(Sempre la clara
concepció que no s’abreuja
pren un plural que la fa rara
fins que la greuja!)

…i, passa a passa,
rep la supèrbia feixuga
del que essent poc es creu ja massa…
ombra d’arruga!

Res no medita
com eixa terra en sacrifici.
es vital ànsia finita
en pur inici!

Ella i jo, pobres,
tenim bons somnis sense meta
quallats al dur mortes obres
quasi d’asceta.

Jo sóc mutisme
I ella veu ferma com carn bruna;
però no hi ha un paral.lelisme
de sol i lluna?

I no té joies
la nostra fòssil petulancia…!

Té el marge tou margaridoies
cantant prestància;

té tendre nèixer
d’inútil herba en innocència
que, humil, li ensenya el bon conèixer
a la ciència…

Però ni el savi
no sap que el marge en les senderes
és la carícia d’un llavi
a les dents feres.

I jo voldría
saber només tal ignorància.
Però ja tinc la greu mania
de la importancia…!

L’ànima és veritat.
Què importa la mentida!

De Volar… (1943)


martes, 4 de febrero de 2014

Europa 2014

Pedro Laín Entralgo recoge en su artículo Europa y la Ciencia (1957), la definición de Europa en base a un criterio genético, según el cual su formación sería fruto de la combinación de cuatro “elementos radicales”: la Grecia clásica, Roma, el cristianismo y la germanidad. A partir de ellos el continente habría recorrido un “destino dramático” hasta llegar a una realidad sobre la que el autor asevera que “no tiene así carácter geográfico, racial o nacionalista –no es infrecuente, por desdicha, la visión “nacionalista” de Europa-, sino funcional, operativo y humano. Allí donde las hazañas creadora, asuntiva, educadora y oblativa sean cumplidas con universalidad y lucidez intelectual, cualquiera que sean la situación geográfica y el color de la piel del que las cumpla, allí se continúa la misión de Europa, allí sigue existiendo Europa”. Europa sería según esta interpretación, instrumento y ejemplo civilizador para todo aquel que, cualquiera que sea “el color” de su piel, quisiera seguir su ejemplo.     

Repárese que cuando Laín Entralgo escribía estas palabras, habían pasado pocos años desde el final de la Segunda Guerra Mundial, cénit de la explosión populista dramáticamente protagonizada por el fascismo y el comunismo. A partir de entonces la tolerancia hacia el otro y el convencimiento de que el antagonismo de nuestras ideas con las de nuestro vecino no era motivo de cruel confrontación, hicieron madurar una democracia imperfecta quizás en muchos aspectos, pero sobre la que quienes vivieron las dramáticas consecuencias de la guerra depositaron todos sus anhelos “civilizadores”.

Pero pasa el tiempo y la quebradiza memoria humana nos hace con frecuencia olvidar ciertos referentes esenciales. En mayo de este 2014 se celebrarán elecciones al Parlamento Europeo, y aunque es cierto que para la mayoría de la ciudadanía son unas elecciones menores posiblemente por la lejanía con que percibimos el trabajo de ésta institución, pueden suponer, si no lo evitamos, la puerta de entrada a nuevos populismos en el escenario continental. En Austria, Grecia, Dinamarca, Francia, Noruega, etc., se presentan partidos que se identifican por su raza, por su origen, por su religión,… formaciones en cuya esencia reside la idea no de convivencia con las opiniones diversas, sino de la de acabar con aquellas que le son contrarias; de nuevo el populismo queriendo dejarse oír e influir. ¿Y en España?, para que nadie me trate de parcialmente obsesivo con éste tema, me permito citar una frase del economista y filósofo francés Guy Sorman, que comparto: “el populismo en España avanza a través de las reivindicaciones independentistas, brutales en el País Vasco y civilizadas en Cataluña, pero de la misma naturaleza ideológica. Estos independentismos en España, en Francia …, al igual que en Escocia y en el norte de Italia, como todo populismo, significan que la democracia ya no nos permitiría vivir juntos y que debería trazarse una frontera, cultural y étnica, entre Nosotros y el Otro”. En definitiva, desandar el camino recorrido durante más de medio siglo.


El momento de crisis económica e institucional en que vivimos es proclive a este renacer populista. En realidad sus líderes, es fácil observarlo en cualquiera de sus discursos, no proponen soluciones a los problemas del día a día, sino solamente críticas al “otro”, al que se le hace responsable de todos sus males. Decir que “Espanya ens roba”, o que los inmigrantes son los responsables del paro, o que la pobreza es culpa de quien nos advierte de nuestro caótico endeudamiento, tiene el denominador común de no querer asumir las propias responsabilidades y de achacar a un enemigo imaginario nuestros problemas cotidianos. Un caldo de cultivo propicio al populismo que solamente podremos vencer con un discurso ilusionante en torno a una Europa democrática y sin fronteras.