domingo, 20 de diciembre de 2015

De "La admirable mediocridad de la democracia"

      "La democracia, como la libertad de expresión, es el oxigeno que respiramos: descubrimos su importancia vital el día que nos privan de él. Por tanto, la principal virtud de la democracia es que existe. El mero hecho de que todos los partidos en liza acepten sus reglas y de que sepamos de antemano que los ganadores y los perdedores aceptarán el resultado en vez de empezar una guerra civil ya es, en sí, un gran motivo de alegría, mal apreciado, pero más decisivo aún que los resultados de unos y otros.... La democracia, añadía Popper, no garantiza en absoluto que el pueblo elija al más capacitado para gobernar, pero nos asegura, en principio, que se marchará,... El futuro presidente del Gobierno español será, dentro de cuatro años, su expresidente, lo que es una invitación a la modestia para los vencedores y a la paciencia para los perdedores".

Guy Sorman

sábado, 19 de diciembre de 2015

La suerte de una generación

Javier Cercas camina junto a su hijo Raül entre las tumbas del cementerio del campo de concentración de Flossenbürg, camino de la Appellplatz, el espacio central donde se numeraba a los prisioneros dos veces al día, y donde se les torturaba y tenían lugar las ejecuciones. Habían acudido para comprobar la última de la grandes mentiras de Enric Marco, el falso deportado y el falso prisionero que durante años había dirigido la Amical de Mauthausen, la más importante asociación española de ex-cautivos en los campo de concentración nazis. No puede evitar poner voz a una idea que hace tiempo le ronda por la cabeza:

          "- A veces no me puedo creer la suerte que tengo -proseguí, tras una pausa-. Mi padre y mi madre conocieron una guerra. Y mi abuelo y mi abuela. Y mi bisabuelo y mi bisabuela. Y así sucesivamente. Pero yo no. Siempre se dice que el deporte europeo por excelencia es el fútbol, pero es mentira: el deporte europeo por excelencia es la guerra. Durante mil años, en Europa, no hemos hecho más que matarnos. Y voy y yo soy el primero, la primera generación de europeos que no conoce una guerra. No me lo puedo creer. Hay quien dice que eso ya se acabó, pero yo no me lo creo... Ya ves este sitio, personas como tú y como yo murieron aquí a millares, igual que perros, de la forma más asquerosa y más indigna posible. ¡Que horror!"    

Javier Cercas. El impostor

domingo, 13 de diciembre de 2015

Notas sobre la relación entre Hayek y Keynes

          A cuenta de tres libros de reciente aparición sobre las figuras de Friederich Hayek y John Maynard Keynes, el filósofo Santiago Navajas hace una interesante exposición (Hayek y Keynes. Una relación liberal peligrosa. La Ilustración Liberal), de la relación cordial y afectuosa, pero también de enfrentamiento metodológico, que mantuvieron los dos economistas durante primera mitad del pasado siglo.

          La primera visión, simple, que en general tenemos de ellos es por un lado la del liberal Hayek frente al socialdemócrata Keynes, la derecha “civilizada” contra la izquierda “civilizada”. Pero más allá del estereotipo la verdad es que simplemente estamos ante dos maneras de entender el liberalismo porque ambos lo eran. Como acertadamente señala Navajas, se trata de dos caras de una misma moneda, porque los dos compartían el ideal de la democracia liberal y de la economía de mercado y la competencia, frente a la moda que en aquellos momentos representaban los totalitarismos encarnados tanto en el nazismo como en el comunismo, intelectualmente representados por Heidegger y Sartre respectivamente. Pero junto a estos totalitarismos también tenían como enemigo una idea libertaria del laissez faire, una concepción en que todo estuviese en manos del mercado sin ningún tipo de intervención del Estado.

          La preocupación de Hayek es que un Estado que desease controlar excesivamente la economía tendería por propia inercia a la omnipresencia, a un estatismo regulador de todos los quehaceres de la vida cotidiana de los individuos que al final desembocaría en un sistema totalitario. Keynes por su parte, confiaba en la idiosincrasia británica, y por extensión en la de los países europeos, para que eso no llegase a suceder. Atinadamente advierte Santiago Navajas que ésta diferencia de planteamientos podría tener un origen en la propia procedencia de cada uno de ellos, puesto que mientras el inglés Keynes, podía mantener la confianza en un país que defendió con uñas y dientes el sistema democrático, el austriaco Hayec había contemplado con sus propios ojos, y sufrido puesto que fue víctima de persecuciones, como dos naciones “cultas” como Alemania y Austria habían sucumbido, con un fuerte apoyo popular, a los fanáticos ideales hitlerianos y posteriormente en parte a los comunistas.

          Los dos mantienen el consenso en cuanto a la importancia de la competencia en la economía, y los dos abogan porque el Estado debe marcar las líneas por las que los individuos puedan moverse libremente, de manera que esa competencia, tutelada y protegida por el propio Estado, pueda ejercerse sin ninguna cortapisa. La diferencia es que para el escéptico Hayec, las reglas deben conformar un sistema previo, claro e inmutable, libre de las tentaciones totalizadoras de los gobiernos, mientras que Keynes confía en el sustrato liberal de los pueblos y por extensión en la acción de esos mismos gobiernos, abogando por un liberalismo activo, es decir, aquel que es capaz de responder a los diferentes retos que en cada momento se planteen. Desde éste punto de vista como sostiene Navajas, Keynes entendió mejor que Hayek la política, y el futuro le ha dado la razón puesto que desde entonces, si bien el poder de los estados no ha hecho más que incrementarse, no por ello se ha vuelto a caer, refiriéndonos a nuestro mundo occidental, en tentaciones totalitarias, aunque sí en un especie de democracia en demasiados aspectos banal y frívola, en la que puede perderse el sentido de la responsabilidad individual por la vía de encargar al Estado una función de aseguramiento general.    

          Por otra parte es Hayek quien más concretamente resuelve la eterna dicotomía entre libertad e igualdad, simplemente por la vía de la formulación de ambas por ese mismo orden, preservando el principio de igualdad en cuanto al acceso por cualquier ciudadano a cualquier cargo o responsabilidad, así como a unos servicios asistenciales y educacionales mínimos a los que todos tienen derecho, y a partir de los cuales cada cual optará por las metas que, dentro de los parámetros establecidos, libremente elija.  

          En definitiva Santiago Navajas nos ofrece un acertado resumen de una controversia muy actual, a partir de dos de los grandes economistas del siglo XX. 

sábado, 12 de diciembre de 2015

"Valencia", en Azorín

          La dominación árabe de la península ibérica fue larga y por ello intensa. En el caso de Valencia más de cinco siglos, menos en el norte: la cornisa cantábrica, Navarra, Aragón y Cataluña. Quizás por eso primamos siempre el periodo musulmán y la Reconquista, obviando aspectos de la época romana, excepción hecha del derecho. 

          Azorín nos propone una certera reflexión en torno a ello en el capítulo El cuarto de costura de su obra Valencia. 
 
          "Confidencias de Elena Viu al doctor a lo largo de las visitas. Algunas de las confidencias     que Eladio Taroncher ha revelado al poeta. Habla la condesa.

          -Taroncher, yo soy edetana y no agarena. En la barbarie moderna me siento perdida como el explorador desorientado en los hielos polares. Valencia es romana y no árabe. La Valencia   romana ha atravesado impermeablemente el periodo musulmán. Valencia, la Valencia romana, se esquiva. No es fácil captar el verdadero y profundo carácter valenciano. Casi todos los observadores se van por el lado de la jovialidad ruidosa y frívola. Y no hay tal. Piense usted en ese labriego alicantino, sobrio, silencioso, obstinado en el trabajo, que sólo de tarde en tarde expresa su sentir en unas palabras sentenciosas. Cuando yo veo a uno de esos valencianos, creo estar viendo a un ciudadano de Roma. Hablo de Valencia y hablo con ello de todo el reino. Valencia no se entrega a quien no se propone entrar en íntimo y amoroso contacto con ella. Ni nuestros hombres, ni menos nuestras mujeres, descubren desde el primer momento su fondo. ¿Recuerda usted la semblanza que Vives traza de su madre? Seria, callada, rígida, represa sus sentimientos en el fondo del alma. Sólo les da salida en plena confianza y en momentos de efusión familiar o de amistad sincera. Pues esa, doctor, es Valencia. "


domingo, 22 de noviembre de 2015

Cambio de modelo económico

No sé si alguien digo alguna vez aquello que de cuando se oye a un político hablar de cambiar el modelo económico, hay que echarse la mano a la cartera. No sé si alguien lo dijo, repito, pero en caso contrario permítanme que lo haga yo ahora. Suele ocurrir que cuando se producen cambios en los nuevos representantes patrios, o “autonomatrios”, o “municipatrios”, junto al efecto refrescante que siempre es de agradecer, llegan visionarios cargados de buenas intenciones y grandes ideas hasta ese preciso minuto increíblemente inéditas, y con la fuerza que otorga el convencimiento ideológico, se ven en el adánico papel de cambiar el mundo, tan equivocado hasta que la nueva luz que portan en sus manos alumbra los más oscuros rincones de la irreflexiva realidad que nos atonta.

Créanme que no son imaginaciones mías, lo he oído decir a representantes de las áreas económicas de la nueva Generalitat Valenciana, quizás de la Consellería de Economía “Sostenible”, que dirige un licenciado en filología clásica toda la vida dedicado a profesor o a político, sin más relación con la economía real que se sepa, que la que otorga la condición de consumidor pasivo de sus frutos. O quizás se trataba de alguien relacionado con la Consellería de Hacienda y “Modelo Económico”, comandada desde la digna pero endogámica torre de marfil de la universidad pública. Quede claro mi más absoluto respeto hacia las personas, pero permítanme que al menos me sienta intranquilo ante quienes pretenden dirigir nuestra economía y no se les conoce en su currículum, o al menos en el de sus colaboradores más próximos, un intento de negocio privado, quizás con algún fracaso que hizo peligrar su propio patrimonio personal, quizás con al menos un éxito que les permitió crear media docena de empleos. No sé, debe ser la deformación que provoca el ser autónomo y tener que pelear cada día con una persiana que cuesta cada vez más de levantar.

Suele ocurrir así que alguien reniega del modelo turístico de “sol y playa”, tan vulgar y masificado para sufrimiento de nuestras costas; o del sector “del ladrillo”, obcecado con eso de las burbujas; o de los grandes centros comerciales, encarnación de un capitalismo “sin alma”; o incluso de las presas de agua que las “grandes eléctricas” usan para generar energía y “sangrar” al pobre consumidor desvalido, y que además se han cargado un valle entre montañas donde en primavera florecían los romeros. La solución suele ser subvencionar “nuevos negocios”, quizás artesanos, porque eso ayuda a una buena foto, pequeñas casas rurales que nunca tendrán rentabilidad para mantenerse, y así un sinfín de ideas que por ellas mismas pueden ser interesantes, pero que regadas con el maná del dinero público, ese que “no es de nadie”, al final llenan capítulos y capítulos en los presupuestos de gastos de las administraciones que las ubres de un depauperado sistema fiscal no son capaces de alimentar.

Oiga y digo yo, ¿porqué no dejar a quienes se juegan su parné que elijan el negocio que crean conveniente en función del mercado (maldita palabra para algunos)?, ¿porqué los que mandan no se limitan a facilitar el papeleo, a poner unas normas claras que todos entiendan, a intentar que los impuestos no acaben con la ilusión de quien se aventura en crear una empresa?, claro, es verdad, eso sería confiar en la gente, creer realmente en la libertad individual, pasar a un segundo plano en la foto de las inauguraciones.  

Puestos a pensar aún de forma rápida, alguna tarea les podríamos apuntar en lo que a la economía valenciana se refiere. Por ejemplo, ¿puede reconstruirse de alguna forma el sistema financiero que teníamos, desaparecido por la inoperancia y desvergüenza de algunos políticos del PP? (no me duelen prendas decirlo, al fin y al cabo, en otras autonomías han sido otros). ¿No podrían intentarse apoyar el aumento de tamaño de nuestras industrias, excesivamente pequeñas y por lo tanto vulnerables a los ciclos económicos?, ¿no podríamos aumentar la investigación y abrir nuestras universidades al mundo real, aún a riesgo de que cuatro demagogos griten la estupidez esa de que “no queremos empresarios en la universidad”?, ¿podríamos renunciar a algún que otro pabellón deportivo, o piscina cubierta, o centro cultural sobredimensionado, o incluso a alguna espectacular rotonda, y dedicar ese dinero a buenos polígonos industriales, a eficaces institutos tecnológicos, a una enseñanza profesional de calidad?, por cierto, ¿podrían las mentes pensantes de la Generalitat ponerse de acuerdo de una vez con las leyes urbanísticas y desbloquear los proyecto, modestos, racionales, que hay en marcha?

Bueno, en un par de meses tendremos aquí a los Reyes Magos, no cuesta nada pedirles que éste año cambien las ocurrencias por el sentido común. .    

domingo, 15 de noviembre de 2015

Un comentari sobre la funció de l'historia

          He rellegit, després de molts anys, l'obra bàsica que Joan Reglà dedicà a València, Aproximació a la Història del País Valencià. Independentment de moltes consideracions que podrien fer-se al voltant de les conclusions als que arriba (crec que la seua teoria del dualisme i les contradiccions que resumix l'historia de València son francament qüestionables), m'interessa sols en aquest moment un comentari que Sanchis Guarner fa en el Proleg i que en pareix contradictori amb allò que també diu a continuació. Per una part i amb tota la rao del mon afirma que “Des del Romanticisme a la II Guerra Mundial, la Història ha estat invocada massa sovint com a arma ideològica,…” i que “La ciència històrica fou desfigurada, principalment en els infortunats anys trentes, per la mitologia de la propaganda maniquea amb què els totalitarismes nodrien la mística nacionalista”. Es difícil no estar mes d'acord amb aquetes manifestacions,  després l'evidencia de la quotidiana instrumentalització que el nacionalisme, qualsevol nacionalisme, fa de determinats fets històrics en el seu favor, ignorant els que no l'interessen o interpreten-los de manera enganyosa.

          Però per altra part Guarner afirma que “Un altra lliçó molt important que ens dóna el Prof. Reglà és ensems científica i moral, car es refereix a l'obligatorietat d'adequar la Història a la vida. Els fets humans són sempre relatius, i l'investigador de les ciències socials no pot mai defugir el seu compromís vital…. Cal partir del present per a projectar les nostres preocupacions en el passat”. Sense arribar al radicalisme pel que advoca, per no eixir-se'n del mon intel·lectual valencià, Miquel Adlert Noguerol en el seu “El compromis de Casp, qüestio jurídica”, quan limita la feina de l'historiador simplement a “investigar els fets y donar-los a conéixer, i millor quant major caràcter diplomàtic tinga sa obra, esdevén sols l'historiador “formular els resultats”, si que es deveres que si “les preocupacions en el passat”, es a dir la forma d'interpretar eixe passat, la importància d'uns fets vers altres, depenen de les nostres preocupacions del “present”, es a dir, de la nostra visió social, ideològica, del moment que ens toca viure, podem caure molt fàcilment en una falsificació dels fets històrics tal i com realment van succeir, donat eixe condicionament per “partir del present”.

          Conve tindre les idees ben clares al respecte, tindre clar que creem que es l'historia i quin el seu paper, perquè de lo contrari estarem donant per bones interpretacions “de part”, quant ens plantegem per exemple “que som els valencians” o “quina es la nostra nacionalitat”, com crec que fan determinats assagistes passats i presents de la nostra terra.    

lunes, 12 de octubre de 2015

9 d'octubre de 2015


Un dels grans problemes que tenim a Espanya, i per descomptat a València, es que no aconseguim  posar-nos d'acord en la interpretació de fets claus de la nostra historia, no encontrem unanimitats bàsiques en lo que fou el procés de la Reconquista, o en la transcendència o no del descobriment i la colonització d'Amèrica, o en la Guerra de Sucessiò, o en el naixement de l'Estat nació a partir de la constitució lliberal de 1812, i aixina un llarg etcètera. No deixa de ser curiós que en un país com el nostre, que les humanitats, i dins d'elles l'historia, son tan maltractades al sistema educatiu, siguem cadascú de nosaltres tan puntosos i tan “assabentats” en converses d'eixes en les que al voltan d'una botella de ví s'arregla el mon, fen poc cas de la bona historiografia que tenim al nostre abast, i que de consultar-la mes a menut ens evitaria molts problemes que quan entren en l'àmbit polític sempre s'engrandixen.

La falta de consens històric, com es previsible, es traduïx en falta de consens respecte als nostres símbols, a les nostres institucións, als legítims representants d'eixes institucions…, i això perquè sempre encontrem alguna excusa per no sentir-nos representats per ells; d'ahí a faltar-los al respecte de manera mes o menys sonora, sols n'hia un pas.

Dic açò perquè no m'agrada que es xiule, que s'insulte, que es menyspree públicament els símbols històrics que tenim; tampoc a les persones que en cada moment les representen. No m'agrada que en un camp de futbol es xiule l'himne nacional pel fet que acudisca el Rei, perquè les que eu fan ofenen de manera gratuïta a molta gent, no m'agrada que s'insulte a un president del govern, siga del partit que siga, quan acudix per exemple a un desfile militar, com solia passar-li a Zapatero, i no m'agrada que un dia tan simbòlic com el 9 d'Octubre, al pas de la Reïal Senyera de tots els valencians, s'insulte i es xiule al seu portador, abans del Partit Popular, i enguany a Joan Ribò, alcalde de València per Compromís. Es cert que amb el canvi polític a l'ajuntament del cap i casal, s'han dut a terme sense cap tipus de consens, modificacions que no agraden a una part important de valencians, a mi tampoc m'agraden, ja eu dic, i bé està que l'oposició eu diga, eu argumente políticament quan toque, eu utilitze com a crítica als òrgans de govern municipal i davant dels seus partidaris, però en un acte que es de tots, que tots els valencians de dretes, d'esquerres, monàrquics, republicans, valencianistes, catalanistes, espanyolistes, o qualsevol altra possibilitat que vullguen, i que acudixen a un fet que deuria ser solemne com es la Processo Cívica que cada dia 9 d'Octubre es celebra a València, se senten incòmodes, exclosos de lo que es tant d'ells com de les que xiulen.   

He dit que a mi no m'agraden les canvis introduïts pel nou govern de l'ajuntament; en pareix que el fet de viure a un país laic com es el nostre no te res que vore que es respecte la tradició de presentar la Reïal Senyera davant de l'arquebisbe per cantar un Te Deum; no saber distingir la tradició constituïda per l'innegable component històric de la religió en la conquista de València per part de Jaume I, no reconéixer que un dels primers actes del conqueridor a l'entrar a València fou la consagració cristiana de la mesquita de la ma de l'arquebisbe Pere d'Albalat, i la celebració d'un acte religiós, interpretan al segle XXI tot això com un detall històric i no necessàriament religiós, en pareix un infantilisme i una falta de visió ampla. Personalment, eixe laïcisme visceral que no es capaç siquiera de respectar les fets fonamentals dels activitats festeres o culturals, sempre m'ha paregut una manifestació infantil d'un complexe d'inferioritat ideològica: mols fluixa es una ideologia que no resistix els trenta minuts que pot durar un acte tradicional o festiu dins d'una Catedral. 

Dit açò, ¿no podria l'Ajuntament de València i les organitzacions participants donar-li mes solemnitat a la processó?, ¿tan difícil es organitzar el desfile, establint un millor ordre i vistositat d'eixes organitzacions socials, culturals, econòmiques, etc. de manera que quedaren millor identificades? seria d'agrair per a major disfrut dels assistents i de l'acte en si.

Aquest any molta gent va acudir a la processó, al Te Deum en presencia de la Senyera de Lo Rat Penat, al desfile de moros i cristians de la vesprada. Un dia de festa per a disfrutar, per a sentir-nos orgullosos del nostre passat i obligats amb el nostre futur, mes allà de la polèmica, que dies en hauran al llarg de l'any per discutir. 



   

domingo, 4 de octubre de 2015

Al voltan del Llibre dels Fets

         Hi han lectures pertorbadores, lectures crítiques que remouen plantejaments que sempre hem donat per bons però que si o si hem d'escometre si volem mantindre cert rigor científic en allò que es diu. Dic açò perquè he pogut aconseguit alguns llibres de medievalista Antonio Ubieto Arteta que en resultem altament interessants però que costen de trobar, potser, m'atrevisc a avançar, perquè els seus plantejaments no son còmodes a lo políticament correcte en lo que respecta a l'historia de València.

Ahí van uns paràgrafs del seu "Orígenes del Reino de Valencia":

"A la vista de los resultados apuntados en el capítulo anterior, es evidente que la narración de la Crónica de Jaime I no puede ser aceptada íntegramente por cuatro motivos fundamentales:

1º. La versión que hoy conocemos de la Crónica de Jaime I no es la redactada por el rey, sino una refundición hecha en Poblet el año 1343. Ésto explica que la narración sea hecha en primera persona, como si fuera escrita o dictada por el propio rey Jaime I, y se llegue al contrasentido de narrar la muerte del monarca. Por lo menos ésta parte ha sido interpolada por el refundidor de 1343. Lo que permite suponer que pudieran existir otras interpolaciones.

2º. Porque la crónica -como todos los textos narrativos- quiere darnos "su versión"; y esta versión puede estar interesada para justificar "a posteriori" algunos acontecimientos.

3º. Porque la comparación de la Crónica con la documentación coetánea emitida por la cancillería del mismo rey Jaime I están en contradicción en multitud de ocasiones, señalando que Jaime I tergiversó la cronología y el desarrollo histórico para justificar determinados momentos de su reinado.

4º. Porque cuando hay un enfrentamiento entre fuentes cronísticas y documentales es norma metodológica considerar como más cercano a la verdad histórica lo que se desprende del documento que no lo que cuente la crónica."

martes, 22 de septiembre de 2015

Sobre el tiempo y el olvido...

      ..."Éste niño no sabrá nunca lo que ha sucedido, se lo ocultarán su padre y su tía y se lo ocultaré yo mismo y no tiene importancia porque tantas cosas suceden sin que nadie se entere ni las recuerde, o todo se olvida y prescribe. Y cuán poco va quedando de cada individuo en el tiempo inútil como la nieve resbaladiza, de qué poco hay constancia, y de ese poco tanto se calla, y de lo que no se calla se recuerda después tan sólo una mínima parte, y durante poco tiempo: mientras viajamos hacia nuestra difuminación lentamente para transitar tan sólo por la espalda o revés de ese tiempo, donde uno no puede seguir pensando ni se puede seguir despidiendo: "Adiós risas y adiós agravios. No os veré más, ni me veréis vosotros. Y adiós ardor, adiós recuerdos."

Javier Marías, en Mañana en la batalla piensa en mí.

domingo, 20 de septiembre de 2015

MAÑANA EN LA BATALLA PIENSA EN MÍ, de Javier Marías.

Qué sensación nos daría leer nuestros propios pensamientos si antes hubiésemos sido capaces de poner negro sobre blanco absolutamente todo lo que nos pasa por la cabeza. Ese es el ejercicio que Marías nos propone en ésta novela introspectiva (¿psicológica?) casi de sus inicios (1994), el camino por el que nos lleva a partir de una situación quizás absurda y ridícula, pero posible y por lo tanto inquietante: a Víctor Francés, guionista de televisión, un “negro” de discursos vacuos, se le muere en sus brazos su casi desconocida amante, medio vestida y medio desnuda, con un hijo de dos años durmiendo en la habitación de al lado, sin saber a quién llamar, ni siquiera sin saber si debe llamar a alguien, sin saber cuál es el siguiente paso que debería dar más allá de pensar en lo anecdótico, en lo absurdo de la situación, en su mala suerte o en la mala suerte de Marta Téllez, ya sin vida en el engaño de una infidelidad no consumada.

Llevado quizás por la inercia de su indecisión Víctor querrá conocer a la familia de Marta y a partir de ahí a todo un electo de personajes secundarios que desde mi punto de vista no siempre encuentran su encaje en el relato: a su padre académico y cortesano, a su hermana más joven y lúcida, a su viudo entre comprensivo e irritado, protagonista él también de una infidelidad atormentada y cobarde por la muerte accidental de su amante, la otra, en una calle mojada de Londres, llegando por fin al epílogo del relato provocado por la confluencia de dos mujeres muertas en un mar de mutuos desconocimientos.

Siguiendo la opinión del propio autor, quizás estemos ante un ensayo del engaño, vivimos engañados o engañando, y así a lo largo de la vida, una vida gris como las calles del Madrid en invierno donde transcurre, un ambiente oscuro que esconde la realidad hasta hacerla convertir en ficción, porque esa es la única manera de que el olvido no difumine definitivamente lo que realmente ha ocurrido.  

      

jueves, 3 de septiembre de 2015

UNA ACLARACIÓN OBLIGADA

Durante dieciséis años de mi vida he formado parte del Ayuntamiento de Beneixama, doce de ellos como alcalde. Como he dicho en otras ocasiones, ha sido una experiencia única que me llena de orgullo y que recordaré con satisfacción durante el resto de mis días. Pasados un par de meses desde que abandoné el cargo no puedo sino agradecer, en primer lugar a mi familia por el apoyo que siempre he tenido de ellos, y desde luego a mis compañeros en los sucesivos gobiernos municipales por el inmenso trabajo llevado a cabo de manera tan desinteresada, fruto del cual son importantes mejoras en infraestructuras de todo tipo de las que los vecinos de nuestro pueblo pueden disfrutar. Muchas gracias a todos.

Tantos años de dedicación hace inevitable los buenos y los malos momentos, pero incluso estos últimos los he tenido por positivos, porque me han permitido valorar más si cabe la cultura del esfuerzo, el compañerismo y el afán de dedicación por lo público. Pero es cierto que también me ha dado ocasión de descubrir y de sufrir, y lo hago con una gran pena, la deshonestidad y la bajeza moral de ciertas personas, afortunadamente pocas, a las que antes había tenido por vecinos cabales y responsables, cuando no ejemplares. Y digo esto, repito, con inmensa pena, porque a partir de determinado momento, curiosamente en el intervalo de cuatro años en que no ocupé cargo alguno, lo que en todo caso debería haber quedado como mucho en simples discrepancias políticas, derivó en denuncias judiciales por parte de personas que ahora me permito no nombrar, y la aparición de noticias maliciosas en medios de comunicación que solo tenían como propósito provocar un daño personal. Pongo por ejemplo una denuncia que en su momento se formuló contra mí por supuesta malversación de fondos públicos y que fue aireada de forma torticera por determinados periódicos, los mismos que posteriormente, en un ejemplo elocuente de falta de profesionalidad, apenas se hicieron eco del archivo de las actuaciones por parte del Juzgado instructor al no haber encontrado comisión de delito alguno. Un caso típico de difama que algo queda.

Cuando en 2011 volví a ocupar el cargo de alcalde, con un holgado apoyo electoral, tuve con mis compañeros que hacer frente a una difícil situación en las arcas municipales, lo que nos llevó a acometer una importante reducción de gastos que nos parecían innecesarios y en cualquier caso inasumibles. Entre ellos estaba la partida de incentivo a la productividad que los trabajadores municipales perciben por su especial dedicación y por tareas fuera del horario normal del trabajo. De un examen minucioso de dicha partida pude deducir la injusticia con que se había distribuido y la falta de un criterio objetivo, existente en anteriores legislaturas, que venía a beneficiar a unos frente al resto. La implantación de nuevo de esos criterios objetivos, más justos y equitativos, supusieron además la reducción de la partida, que pasó de los 40.625,05 eu. pagados en 2010, a los 30.340,65 en 2011, y 16.210,69 en 2012. Como era de prever ésta medida, que no iba dirigida contra nadie, no gustó a todos, y fue la causa evidente de que el Ayuntamiento en general y yo en particular, tuviésemos que sufrir nuevas denuncias y despropósitos.  

Una de esas denuncias tuvo como consecuencia la intervención de la policía judicial en el Ayuntamiento el pasado día 17 de marzo. Puedo asegurarles que fue uno de los días más tristes de mi vida, y no porque tuviera ningún miedo en lo personal, que ni lo tenía entonces ni lo tengo ahora, sino porque como benejamense y como alcalde me sentí humillado y ofendido, y porque me dolió ver cómo se ponía en tela de juicio la actuación de personas de las que conozco sobradamente su profesionalidad y su honestidad.  El ver como determinados vecinos parecían alegrarse en las puertas del Ayuntamiento de lo que estaba sucediendo, me pareció sencillamente repugnante.   

De esa intervención policial, por lo que yo sé dado que en estos momentos no dispongo de información actualizada, se siguen actuaciones de instrucción por parte de un Juzgado de Villena de las que derivará lo que en justicia proceda, y parece prudente que no hagamos demasiados juicios de valor hasta que las mismas hayan concluido; ya he mencionado la experiencia de una anterior denuncia en aquel caso contra mí, que quedó en nada pero que produjo, de manera intencionada por quienes filtraron la noticia a la prensa, daños irreparables. En cualquier caso algunas personas han sido imputadas en este nuevo asunto, lo que en modo alguno quiere decir condenadas, y sobre al menos algunas de ellas que conozco bien, no tengo la menor duda de su inocencia, como estoy seguro que quedará demostrado.

Creo que no es pertinente por mi parte dar en estos momentos información detallada sobre el contenido de las actuaciones judiciales a las que un día tuve acceso, y menos hacerlo de forma sesgada, pero sí que puedo decir, y lo hago obligado por la noticia falsa aparecida en el Diario Información de Alicante con fecha del pasado 1 de septiembre, que en ningún momento en dichas actuaciones he sido imputado de delito alguno y mucho menos detenido, todo ello es falso e injurioso, y promoveré las acciones legales a que tenga derecho contra los autores de tamañas mentiras. La justicia, como toca ante cualquier denuncia, está actuando, y creo que lo procedente y lo responsable es dejarla trabajar sin intentar condicionarla con noticias sesgadas y sacadas de contexto como parece que está haciendo determinada prensa con tintes sensacionalistas, todo ello a partir de información filtrada por alguien que debería tenerla a buen recaudo si no tuviese la mala intencionalidad que demuestra. Habla el periodista de un supuesto delito por la segregación de unos terrenos que en cualquier caso se realizó con total transparencia y de la que no hubo apropiación alguna, sino una simple compra-venta como tantas otras de las que todos los días se llevan a cabo, y de la que de momento que yo sepa, el Sr. Juez instructor ha hecho caso omiso.


Por la prudencia a la que antes he apelado, no puedo de momento ser más explícito, tiempo habrá si es que quedan ganas cuando las actuaciones judiciales acaben, por ahora no podemos sino lamentar el afán de algunos por injuriar, por causar daño en lo personal y en lo profesional, sin ningún miramiento y sin atreverse a dar la cara, utilizando para ello un medio de comunicación que se demuestra afín a sus propósitos. Triste, realmente triste, es que algunos entiendan la política y las relaciones vecinales de ésta manera, pero no está en nuestras manos hacerlos cambiar, solo tener confianza en que el sentido común de la población en general sepa distinguir a unos y otros. Utilizar estas fechas para airear falsedades e injurias, precisamente a las puertas de nuestras Fiestas Patronales en que más población se concentra en el pueblo, no hace sino incrementar la mala intención de sus promotores. Si sus aspiraciones en ésta vida y hacia la convivencia en Beneixama no son más que injuriar, calumniar y expandir noticias falaces y malintencionadas, solo podemos sentir por ellos lástima.     

domingo, 30 de agosto de 2015

¿Una llengua, una cultura, una nació?

Un dels principals conflictes de l'anomenada “batalla de València”, ocorreguda fonamentalment als anys de la Transiciò, es el que es donà al voltant de la llengua que parlem els valencians. Per dir-ho de manera extremadament resumida, les diferencies estaven (i estan), en determinar si com afirmen uns, abans que les tropes de Jaume I entraren a València, ja es parlava una llengua romanç, descendent del llatí, i per lo tant podem dir que els valencians ja parlàvem valencià, o si pel contrari, sols s'utilitzava l'àrab i fou a partir de la conquista cristiana quan s'implanta la nova llengua, el catalá, de la mà de part de les tropes que acompanyaren al rei en Jaume. Personalment, si tenim en conter que era l'època de formació de les llengües romanços, i de la pròpia característica canviant i adaptable innata a qualsevol llengua, sempre m'ha paregut un debat estèril. Hui per hui pareix que es la segon teoria, implantada cada vegada mes a les àmbits oficial i educatiu, la que ha resultat vencedora, a pesar de la resistència d'entitats com Lo Rat Penat, la Reial Acadèmia de Cultura Valenciana o l'Associació d'escriptors valencians, entre altres. 

En qualsevol cas aquesta es una polèmica de veres trista, que podria quedar reduïda a l'àmbit acadèmic, als filòlegs, i poc mes, però veiem que no es així, veiem que de tant en tant es torna a ella, i ¿això per què?, avance la meua tesi: en el fons no es tracta d'un problema lingüístic, es tracta, diguem-no clar, d'un problema polític, perquè sobre una o altra conjectura hi han formulacions netament polítiques, i ahí es on ens dol.

Fa pocs dies que un conseller de la Generalitat catalana dia que no podien oblidar els catalans, endinsats en el proces sobiranista que alguns d'ells porten per davant, a la resta de ciutadàns de la nació catalana, als valencians i als mallorquins entre altres, i que l'objectiu últim era la independència dels PaÏsos Catalans; també de Països Catalans i de la seua independència i unificació parlava fa menys d'un any l'actual conseller d'educació de la Generalitat Valenciana, i eixe es precisament el problema que majoritàriament tenen els que, amb tot el dret del mon, se senten a la volta valencians i espanyols, que acceptar l'assimilació entre valencià i catalá, es entrar en el joc d'alguns, evidentment no tots, que en l'única llengua veuen una única cultura, i en l'única cultura, veuen una única nació, i ahí em tocat ferro.

Dia als anys seixanta Joan Fuster, en el seu to pamfletari habitual, que “Tenim dret a esperar –per molt llunyana que se'ns presenti aquesta esperança-, que un dia serà suficient dir català per al.ludir a la nostra condició de poble únic”. Efectivament, repetim, eixa es la meta del catalanisme polític, i per això el seu camí es acostumar-nos a dir que parlem català (podien dir valencià, inclús donant per assentat que fora la mateixa llengua, com per cert la nomena nostre Estatut), i que donat que tots parlem català passar a defendre que tots tenim, com ja he dit, una mateixa cultura, la cultura catalana, que a la mateixa vegada es distinta de qualsevol altra, i finalment si tenim una mateixa, i única llengua, i per lo tant una mateix i única cultura, finalment tenim una mateixa i única nació, la nació catalana.

Realment l'argumentari, si no ens parem en masa detalls pot paréixer impecable, però si eu fem encara que siga superficialment, es cau per tots els costats. Mes enllà de les disquisicións lingüístiques que puguem fer, si la cultura es basa en la llengua, ¿què passa per eixemple amb els escriptors valencians que utilitzen l'espanyol?, ¿no formen part de la cultura valenciana autors com Azorín, Miguel Hernández, Rafael Chirbes, Gabriel Miró o Max Aub, per dir-ne sols alguns?, i ¿no tenim dret a sentir com a propits a Cervantes, Machado, Lorca, Valle Inclán o Pio Baroja, pel fet de no haver-hi nascut a la “nació catalana”?, ¿per qué hem de conformar-nos en una sola llengua, per molt que la vullguem, i la volem, i no em de tindre com a pròpia l'espanyola i la immensa cultura que d'ella ens pertany? Passar d'eixa assimilació entre llengua i cultura a reivindicar una única nació es simplement ridícul, es com reduir tot un gran mon que les noves tecnologies ens obrin de par en par, a un altre xicotet, provincià, ètnic, repetisc, ridícul.

Es possible que algú pense que estic exagerant en aquets escrit, però si es pillen la molèstia de repassar les estatuts d'alguns partits polítics i organitzacións culturals valencianes (i catalanes amb forta influencia en eixes valencianes) voran que no es així. Al final cadascú te dret a pensar i a defendre el que estime convenient, faltaria mes, però no puc mes que lamentar que per eixa sensació que molts valencians tenen que a partir de la llengua les volen dur a entelèquies polítiques que simplement avorrixen, la nostra llengua valenciana, la que hem parlat des dels primers moments de la nostra vida, la que hem utilitzat sense complexes per exemple quant fa quaranta anys anaven a la ciutat de València, i mols dels que ara ens volen vendre la burra del catalanisme, “hablaban castellano porque era más fino (i molts d'ells seguixen parlant-lo en la família)”, la que estimem com un dels grans tresors de la nostra cultura (però no l'únic), les l'estiguen fent avorrir. En diu un estimat amic de Beneixama que està mes que de volta de la política, que qui mes mal ha fet al valencià sons els que l'utilitzen com a traga-la. Estic admirat de la seua clarividència.  

domingo, 16 de agosto de 2015

LA VELOCIDAD DE LA LUZ, de Javier Cercas

El libro ya tiene años (2005), pero reconozco que después de leer la exitosa novela Soldados de Salamina, me daba cierta pereza volver a un autor que lo parecía de bestsellers; estaba equivocado y me alegro de haberlo descubierto a tiempo.  

La novela empieza como pareciendo contar una historia corriente, entre autobiográfica y reflexiva en torno a la brutalidad de la guerra, para ello se sirve de la de Vietman, aquella tragedia de los años sesenta y setenta con la que los niños y adolescentes de la época convivíamos casi a diario a golpe de telediario y película de Hollywood. Pero pronto nos abre un mundo más denso y más extenso, más complejo y a la vez cercano a la realidad cotidiana de cada cual.

El relato en sí transita desde la primera a la última página sobre la tenue línea que separa la realidad del narrador: la ilusión de un joven Cercas que quiere ser escritor, su estancia durante un par de años en la universidad americana de Urbana, su matrimonio y su hijo (aquí arriesga hasta el borde de un abismo trágico), el éxito y sus perversos efectos tras la publicación de una novela anterior (se entiende, Soldados de Salamina) … , con la ficción que aportan una vida por los subsuelos de una gran ciudad (¿) o el trágico accidente que destroza su familia, por poner solo dos ejemplos, de manera que cuando acabamos su lectura no sabemos a ciencia cierta incluso si  quien es la piedra angular del relato, el controvertido exsoldado e inteligente lector Rodney Falk, abatido hasta el suicidio por un terrible mal de conciencia, existió realmente o no. De cualquier forma poco a poco vamos descubriendo que todo eso es lo de menos, porque lo que realmente importa no es tanto conocer las barbaridades que se cometieron en una guerra como cualquier otra, ni siquiera la influencia que la misma podía tener en una familia ordinaria de una sociedad como la norteamericana, sino ver como la ciénaga de esa guerra concreta se parece cada vez más a la ciénaga en la que está hundido el narrador y a través suyo cada lector. Como la cotidiana mirada en el espejo de cada uno de nosotros en determinados momentos de la vida, nos puede mostrar la crueldad y la podredumbre por la que tan a menudo transitamos quizás sin darnos cuenta. Como los dos caminos de desilusión por lo que el autor nos conduce en su relato corren uno frente al otro hasta unirse, a la velocidad de la luz, porque al final todas las historia que se cuentan son una misma historia.

Con un lenguaje sencillo Javier Cercas consigue atrapar al lector en un torbellino de desazón psicológica, con la valentía añadida de asumir riesgos en lo personal hasta el extremo de convertir parte del mismo en una ficticia autobiografía cruel consigo mismo.        

martes, 11 de agosto de 2015

El debate catalán (35)

Dice Julio Camba hablando de los hechos diferenciales en 'Haciendo de República' (1934):

             “Los hay en Cataluña con respecto a España, y en Barcelona con respecto a Cataluña, y en la rambla de Canaletas con respecto a Barcelona, y en cualquier casa de la rambla de Canaletas con respecto a la rambla en general. En todas partes hay hechos diferenciales, pero la cuestión está en si debe uno cultivarlos o debe, por el contrario, dedicarse al cultivo de los hechos igualitarios”.

miércoles, 29 de julio de 2015

El debate catalán (34)

Una interesante reflexión del catalán Xavier Vidal-Folch, que hasta ahora parece haber pasado inadvertida, en su artículo de El País, de hoy.

Un "Golpe" para Cataluña




domingo, 26 de julio de 2015

HOMBRES BUENOS, de Arturo Pérez-Reverte

Serán fundamentalmente los dos últimos tercios del siglo XVIII en Francia, los que darán nombre a la centuria y zarandearán como un terremoto con epicentro en París, las ideas y las estructuras políticas y sociales de toda Europa; el Siglo de las Luces, se convertirá en la gran referencia de la lucha sin cuartel entre el oscurantismo y la razón, entre el encorsetamiento impuesto por una religión acostumbrada a dirigir vidas y reinos y la fuerza liberadora de la nueva filosofía inspirada por Rouseau, Voltaire o Montesquieu entre otros. La edición entre 1751 y 1780 de la Encyclopédie de Diderot y d’Alembert será en cierto modo la condensación de todas esas nuevas ideas ofrecidas al mundo.

Ese es el marco en que se mueve la historia de Hombres buenos (Alfaguara, 2015), y lo hace su autor a partir de tener entre sus manos esa primera edición de la Enciclopedia que se guarda en la biblioteca de la Real Academia de la Lengua de la que es miembro, e indagar en las peripecias que la ilustre institución sufrió para su compra, tarea encargada a dos de sus académicos, don Pedro Zárate y don Hermógenes Molina,  en un momento además en que la Inquisición la tenía prohibida.  

Si algo caracteriza las novelas de Pérez Reverte es su meticulosa preparación de cualquier detalle histórico, geográfico o técnico de los que se utilizan en el relato, y la novedad en su último libro, que a su vez le da frescura y en cierta forma hace partícipe al lector de su génesis, son los capítulos que va intercalando en donde pregunta a especialistas como Carmen Iglesias o Francisco Rico, o a la propietaria de una librería de viejo a las orillas del Sena, informaciones que después utilizará en la obra.

En Hombres buenos aparece una confrontación a cuatro bandas capitaneadas a su vez por sus cuatro protagonistas principales, todos ellos académicos de la RAE: por una parte los ya citados Pedro Zárate, máximo representante de las nuevas ideas ilustradas y hacia quien el autor parece demostrar mayor simpatía, y el bibliotecario de la institución Hermógenes Molina, hombre culto, razonable, que comparte las ideas ilustradas sin renunciar a su condición de católico convencido. Por otra parte el reaccionario periodista Manuel Higueruela, enemigo acérrimo de la nueva filosofía y Justo Sánchez Terrón, un mediocre intelectual auto convencido de ser el mejor representante de las nuevas ideas. Entre ellos se irán hilvanando alianzas, amistades e intereses, en lo que en último caso es la representación de un enfrentamiento poliédrico entre lo viejo y lo nuevo, situados ambos más allá de las trincheras previsibles.   

La novela carece, pese a la escena del duelo que presenta en París y un violento final en el que los académicos recuperan la obra a punto de ser destruida, de momentos vibrantes que tensionen el relato, pero quizás tampoco se trataba de eso cuando se tiene la pretensión de ser fiel a los acontecimientos que realmente ocurrieron. Por otra parte, de forma intencionada o no, creemos que sí, Reverte nos va haciendo una lectura actualizada de los hechos, es como si al leer lo acontecido hace más de doscientos años estuviésemos escudriñando las páginas de opinión de un periódico de hoy mismo.

Quizás no sea la mejor sus novelas, pero es imprescindible para quienes siguen la obra de Pérez-Reverte y desean conocer un poco mejor las inquietudes de siglo XVIII en Francia y España.


jueves, 23 de julio de 2015

El debate catalán (33)

Hoy aparece en El País un artículo del escritor Santiago Roncagliolo que no puedo dejar de recomendaros. Los nacionalistas, empezamos a saberlo también en Valencia y me temo que tendremos múltiples ejemplos durante los próximos cuatro años, suelen hablar de cultura auto situándose sobre un peldaño superior, como revestidos de una autoridad intelectual desde la que poder menospreciar la opinión contraria: la historia, las tradiciones, el lenguaje, la literatura..., son como ellos las entienden, los otros, pobres ignorantes, poseídos por una "cultura extraña", no pueden sino perder resortes de expresión. Nunca pues llegaremos a entender las bondades pedagógicas de la inmersión linguística al catalán (?), nunca a ser conscientes de la fortaleza de nuestra "única" cultura subyugada, nunca a asumir que poder hablar castellano y tenerlo como lengua propia junto al valenciano, nos priva de las delicias de la etnia.

Quizás desde nuestra ignorancia lleguemos a pensar algún día, que es precisamente ella la que nos hace grandes.     


domingo, 12 de julio de 2015

El "problema" de España XII


Es cierto que nuestros ilustrados nunca tuvieron la iniciativa intelectual, y por lo tanto no dejaron el sedimento de cualquiera de los autores de las “Luces” francesas. Aquí no hay un Voltaire, ni un Diderot, ni mucho menos un Rousseau, y ello se debe en gran parte al ambiente general que se vive en la España del siglo XVIII, a la falta de libertad de pensamiento, al dominio que una iglesia ultramontana ejercía incluso contra los intentos regios de modernización de Carlos III; y a pesar de ello son fundamentales para entender lo que serán los dos siglos siguientes. Moratín describe así ese ambiente contradictorio en que viven:


“… la edad en que vivimos nos es muy poco favorable: si vamos con la corriente, y le hablamos el lenguaje de los crédulos, nos burlan los extranjeros, y aún dentro de casa hallaremos quien nos tenga por tontos; y si tratamos de disipar errores funestos, y enseñar al que no sabe, la santa y general Inquisición nos aplicará los remedios que acostumbra”.  

sábado, 20 de junio de 2015

Reflexión y razón

¿Firmarías esta afirmación o crees que es un impedimento al avance intelectual?

"... la especulación -entendida en su acepción reflexiva- comienza allí donde concluye el imperio de la sana razón; para poderse consagrar a ella es necesario o carecer de razón o haberla perdido". 

Cartas de Jhering. "Jurisprudencia en broma y en serio". 1880

jueves, 18 de junio de 2015

Opinión a contracorriente



"Las redes sociales le dan derecho de palabra a legiones de imbéciles que antes hablaban sólo en el bar después de un vaso de vino, sin dañar a la colectividad",... "enseguida (a éstos) los callaban, mientras que ahora tienen el mismo derecho de palabra de un premio Nobel. Es una invasión de imbéciles".

Umberto Eco