Guy Sorman
domingo, 20 de diciembre de 2015
De "La admirable mediocridad de la democracia"
"La democracia, como la libertad de expresión, es el oxigeno que respiramos: descubrimos su importancia vital el día que nos privan de él. Por tanto, la principal virtud de la democracia es que existe. El mero hecho de que todos los partidos en liza acepten sus reglas y de que sepamos de antemano que los ganadores y los perdedores aceptarán el resultado en vez de empezar una guerra civil ya es, en sí, un gran motivo de alegría, mal apreciado, pero más decisivo aún que los resultados de unos y otros.... La democracia, añadía Popper, no garantiza en absoluto que el pueblo elija al más capacitado para gobernar, pero nos asegura, en principio, que se marchará,... El futuro presidente del Gobierno español será, dentro de cuatro años, su expresidente, lo que es una invitación a la modestia para los vencedores y a la paciencia para los perdedores".
sábado, 19 de diciembre de 2015
La suerte de una generación
Javier Cercas camina junto a su hijo Raül entre las tumbas del cementerio del campo de concentración de Flossenbürg, camino de la Appellplatz, el espacio central donde se numeraba a los prisioneros dos veces al día, y donde se les torturaba y tenían lugar las ejecuciones. Habían acudido para comprobar la última de la grandes mentiras de Enric Marco, el falso deportado y el falso prisionero que durante años había dirigido la Amical de Mauthausen, la más importante asociación española de ex-cautivos en los campo de concentración nazis. No puede evitar poner voz a una idea que hace tiempo le ronda por la cabeza:
"- A veces no me puedo creer la suerte que tengo -proseguí, tras una pausa-. Mi padre y mi madre conocieron una guerra. Y mi abuelo y mi abuela. Y mi bisabuelo y mi bisabuela. Y así sucesivamente. Pero yo no. Siempre se dice que el deporte europeo por excelencia es el fútbol, pero es mentira: el deporte europeo por excelencia es la guerra. Durante mil años, en Europa, no hemos hecho más que matarnos. Y voy y yo soy el primero, la primera generación de europeos que no conoce una guerra. No me lo puedo creer. Hay quien dice que eso ya se acabó, pero yo no me lo creo... Ya ves este sitio, personas como tú y como yo murieron aquí a millares, igual que perros, de la forma más asquerosa y más indigna posible. ¡Que horror!"
Javier Cercas. El impostor
domingo, 13 de diciembre de 2015
Notas sobre la relación entre Hayek y Keynes
A cuenta de tres libros de reciente aparición sobre las
figuras de Friederich Hayek y John Maynard Keynes, el filósofo Santiago Navajas
hace una interesante exposición (Hayek y
Keynes. Una relación liberal peligrosa. La Ilustración Liberal), de la
relación cordial y afectuosa, pero también de enfrentamiento metodológico, que
mantuvieron los dos economistas durante primera mitad del pasado siglo.
La primera visión, simple, que en general tenemos de ellos
es por un lado la del liberal Hayek frente al socialdemócrata Keynes, la
derecha “civilizada” contra la izquierda “civilizada”. Pero más allá del
estereotipo la verdad es que simplemente estamos ante dos maneras de entender
el liberalismo porque ambos lo eran. Como acertadamente señala Navajas, se
trata de dos caras de una misma moneda, porque los dos compartían el ideal de
la democracia liberal y de la economía de mercado y la competencia, frente a la
moda que en aquellos momentos representaban los totalitarismos encarnados tanto
en el nazismo como en el comunismo, intelectualmente representados por
Heidegger y Sartre respectivamente. Pero junto a estos totalitarismos también
tenían como enemigo una idea libertaria del laissez
faire, una concepción en que todo estuviese en manos del mercado sin ningún
tipo de intervención del Estado.
La preocupación de Hayek es que un Estado que desease
controlar excesivamente la economía tendería por propia inercia a la
omnipresencia, a un estatismo regulador de todos los quehaceres de la vida
cotidiana de los individuos que al final desembocaría en un sistema
totalitario. Keynes por su parte, confiaba en la idiosincrasia británica, y por
extensión en la de los países europeos, para que eso no llegase a suceder. Atinadamente
advierte Santiago Navajas que ésta diferencia de planteamientos podría tener un
origen en la propia procedencia de cada uno de ellos, puesto que mientras el
inglés Keynes, podía mantener la confianza en un país que defendió con uñas y
dientes el sistema democrático, el austriaco Hayec había contemplado con sus
propios ojos, y sufrido puesto que fue víctima de persecuciones, como dos naciones
“cultas” como Alemania y Austria habían sucumbido, con un fuerte apoyo popular,
a los fanáticos ideales hitlerianos y posteriormente en parte a los comunistas.
Los dos mantienen el consenso en cuanto a la importancia de
la competencia en la economía, y los dos abogan porque el Estado debe marcar
las líneas por las que los individuos puedan moverse libremente, de manera que
esa competencia, tutelada y protegida por el propio Estado, pueda ejercerse sin
ninguna cortapisa. La diferencia es que para el escéptico Hayec, las reglas
deben conformar un sistema previo, claro e inmutable, libre de las tentaciones
totalizadoras de los gobiernos, mientras que Keynes confía en el sustrato
liberal de los pueblos y por extensión en la acción de esos mismos gobiernos,
abogando por un liberalismo activo, es decir, aquel que es capaz de responder a
los diferentes retos que en cada momento se planteen. Desde éste punto de vista
como sostiene Navajas, Keynes entendió mejor que Hayek la política, y el futuro
le ha dado la razón puesto que desde entonces, si bien el poder de los estados
no ha hecho más que incrementarse, no por ello se ha vuelto a caer, refiriéndonos
a nuestro mundo occidental, en tentaciones totalitarias, aunque sí en un especie
de democracia en demasiados aspectos banal y frívola, en la que puede perderse
el sentido de la responsabilidad individual por la vía de encargar al Estado
una función de aseguramiento general.
Por otra parte es Hayek quien más concretamente resuelve la
eterna dicotomía entre libertad e igualdad, simplemente por la vía de la formulación
de ambas por ese mismo orden, preservando el principio de igualdad en cuanto al
acceso por cualquier ciudadano a cualquier cargo o responsabilidad, así como a
unos servicios asistenciales y educacionales mínimos a los que todos tienen
derecho, y a partir de los cuales cada cual optará por las metas que, dentro de
los parámetros establecidos, libremente elija.
En definitiva Santiago Navajas nos ofrece un acertado
resumen de una controversia muy actual, a partir de dos de los grandes economistas
del siglo XX.
sábado, 12 de diciembre de 2015
"Valencia", en Azorín
La dominación árabe de la península ibérica fue larga y por ello intensa. En el caso de Valencia más de cinco siglos, menos en el norte: la cornisa cantábrica, Navarra, Aragón y Cataluña. Quizás por eso primamos siempre el periodo musulmán y la Reconquista, obviando aspectos de la época romana, excepción hecha del derecho.
Azorín nos propone una certera reflexión en torno a ello en el capítulo El cuarto de costura de su obra Valencia.
"Confidencias de Elena Viu al doctor a lo largo de las visitas. Algunas de las confidencias que Eladio Taroncher ha revelado al poeta. Habla la condesa.
-Taroncher, yo soy edetana y no agarena. En la barbarie moderna me siento perdida como el explorador desorientado en los hielos polares. Valencia es romana y no árabe. La Valencia romana ha atravesado impermeablemente el periodo musulmán. Valencia, la Valencia romana, se esquiva. No es fácil captar el verdadero y profundo carácter valenciano. Casi todos los observadores se van por el lado de la jovialidad ruidosa y frívola. Y no hay tal. Piense usted en ese labriego alicantino, sobrio, silencioso, obstinado en el trabajo, que sólo de tarde en tarde expresa su sentir en unas palabras sentenciosas. Cuando yo veo a uno de esos valencianos, creo estar viendo a un ciudadano de Roma. Hablo de Valencia y hablo con ello de todo el reino. Valencia no se entrega a quien no se propone entrar en íntimo y amoroso contacto con ella. Ni nuestros hombres, ni menos nuestras mujeres, descubren desde el primer momento su fondo. ¿Recuerda usted la semblanza que Vives traza de su madre? Seria, callada, rígida, represa sus sentimientos en el fondo del alma. Sólo les da salida en plena confianza y en momentos de efusión familiar o de amistad sincera. Pues esa, doctor, es Valencia. "
domingo, 22 de noviembre de 2015
Cambio de modelo económico
No sé si alguien digo alguna vez aquello que de cuando se
oye a un político hablar de cambiar el modelo económico, hay que echarse la
mano a la cartera. No sé si alguien lo dijo, repito, pero en caso contrario
permítanme que lo haga yo ahora. Suele ocurrir que cuando se producen cambios
en los nuevos representantes patrios, o “autonomatrios”, o “municipatrios”, junto
al efecto refrescante que siempre es de agradecer, llegan visionarios cargados
de buenas intenciones y grandes ideas hasta ese preciso minuto increíblemente
inéditas, y con la fuerza que otorga el convencimiento ideológico, se ven en el
adánico papel de cambiar el mundo, tan equivocado hasta que la nueva luz que
portan en sus manos alumbra los más oscuros rincones de la irreflexiva realidad
que nos atonta.
Créanme que no son imaginaciones mías, lo he oído decir a
representantes de las áreas económicas de la nueva Generalitat Valenciana,
quizás de la Consellería de Economía “Sostenible”, que dirige un licenciado en
filología clásica toda la vida dedicado a profesor o a político, sin más
relación con la economía real que se sepa, que la que otorga la condición de
consumidor pasivo de sus frutos. O quizás se trataba de alguien relacionado con
la Consellería de Hacienda y “Modelo Económico”, comandada desde la digna pero
endogámica torre de marfil de la universidad pública. Quede claro mi más
absoluto respeto hacia las personas, pero permítanme que al menos me sienta
intranquilo ante quienes pretenden dirigir nuestra economía y no se les conoce
en su currículum, o al menos en el de
sus colaboradores más próximos, un intento de negocio privado, quizás con algún
fracaso que hizo peligrar su propio patrimonio personal, quizás con al menos un
éxito que les permitió crear media docena de empleos. No sé, debe ser la
deformación que provoca el ser autónomo
y tener que pelear cada día con una persiana que cuesta cada vez más de
levantar.
Suele ocurrir así que alguien reniega del modelo turístico
de “sol y playa”, tan vulgar y masificado para sufrimiento de nuestras costas;
o del sector “del ladrillo”, obcecado con eso de las burbujas; o de los grandes
centros comerciales, encarnación de un capitalismo “sin alma”; o incluso de las
presas de agua que las “grandes eléctricas” usan para generar energía y
“sangrar” al pobre consumidor desvalido, y que además se han cargado un valle
entre montañas donde en primavera florecían los romeros. La solución suele ser
subvencionar “nuevos negocios”, quizás artesanos, porque eso ayuda a una buena
foto, pequeñas casas rurales que nunca tendrán rentabilidad para mantenerse, y
así un sinfín de ideas que por ellas mismas pueden ser interesantes, pero que
regadas con el maná del dinero público, ese que “no es de nadie”, al final
llenan capítulos y capítulos en los presupuestos de gastos de las
administraciones que las ubres de un depauperado sistema fiscal no son capaces
de alimentar.
Oiga y digo yo, ¿porqué no dejar a quienes se juegan su
parné que elijan el negocio que crean conveniente en función del mercado
(maldita palabra para algunos)?, ¿porqué los que mandan no se limitan a
facilitar el papeleo, a poner unas normas claras que todos entiendan, a
intentar que los impuestos no acaben con la ilusión de quien se aventura en crear
una empresa?, claro, es verdad, eso sería confiar en la gente, creer realmente
en la libertad individual, pasar a un segundo plano en la foto de las
inauguraciones.
Puestos a pensar aún de forma rápida, alguna tarea les podríamos
apuntar en lo que a la economía valenciana se refiere. Por ejemplo, ¿puede reconstruirse
de alguna forma el sistema financiero que teníamos, desaparecido por la
inoperancia y desvergüenza de algunos políticos del PP? (no me duelen prendas
decirlo, al fin y al cabo, en otras autonomías han sido otros). ¿No podrían
intentarse apoyar el aumento de tamaño de nuestras industrias, excesivamente
pequeñas y por lo tanto vulnerables a los ciclos económicos?, ¿no podríamos
aumentar la investigación y abrir nuestras universidades al mundo real, aún a
riesgo de que cuatro demagogos griten la estupidez esa de que “no queremos
empresarios en la universidad”?, ¿podríamos renunciar a algún que otro pabellón
deportivo, o piscina cubierta, o centro cultural sobredimensionado, o incluso a
alguna espectacular rotonda, y dedicar ese dinero a buenos polígonos industriales,
a eficaces institutos tecnológicos, a una enseñanza profesional de calidad?,
por cierto, ¿podrían las mentes pensantes de la Generalitat ponerse de acuerdo
de una vez con las leyes urbanísticas y desbloquear los proyecto, modestos, racionales,
que hay en marcha?
Bueno, en un par de meses tendremos aquí a los Reyes Magos,
no cuesta nada pedirles que éste año cambien las ocurrencias por el sentido común. .
domingo, 15 de noviembre de 2015
Un comentari sobre la funció de l'historia
He
rellegit, després de molts anys, l'obra bàsica que Joan Reglà dedicà a València,
Aproximació a la Història del País Valencià. Independentment de moltes
consideracions que podrien fer-se al voltant de les conclusions als que arriba
(crec que la seua teoria del dualisme i les contradiccions que resumix
l'historia de València son francament qüestionables), m'interessa sols en
aquest moment un comentari que Sanchis Guarner fa en el Proleg i que en pareix
contradictori amb allò que també diu a continuació. Per una part i amb tota la
rao del mon afirma que “Des del Romanticisme a la II Guerra Mundial, la
Història ha estat invocada massa sovint com a arma ideològica,…” i que “La
ciència històrica fou desfigurada, principalment en els infortunats anys
trentes, per la mitologia de la propaganda maniquea amb què els totalitarismes
nodrien la mística nacionalista”. Es difícil no estar mes d'acord amb aquetes
manifestacions, després l'evidencia de la
quotidiana instrumentalització que el nacionalisme, qualsevol nacionalisme, fa
de determinats fets històrics en el seu favor, ignorant els que no l'interessen
o interpreten-los de manera enganyosa.
Però per
altra part Guarner afirma que “Un altra lliçó molt important que ens dóna el
Prof. Reglà és ensems científica i moral, car es refereix a l'obligatorietat
d'adequar la Història a la vida. Els fets humans són sempre relatius, i
l'investigador de les ciències socials no pot mai defugir el seu compromís
vital…. Cal partir del present per a projectar les nostres preocupacions en el
passat”. Sense arribar al radicalisme pel que advoca, per no eixir-se'n del mon
intel·lectual valencià, Miquel Adlert Noguerol en el seu “El compromis de Casp,
qüestio jurídica”, quan limita la feina de l'historiador simplement a “investigar els fets
y donar-los a conéixer, i millor quant major caràcter diplomàtic tinga sa obra,
esdevén sols l'historiador “formular els resultats”, si que es deveres que si
“les preocupacions en el passat”, es a dir la forma d'interpretar eixe passat,
la importància d'uns fets vers altres, depenen de les nostres preocupacions del
“present”, es a dir, de la nostra visió social, ideològica, del moment que ens
toca viure, podem caure molt fàcilment en una falsificació dels fets històrics
tal i com realment van succeir, donat eixe condicionament per “partir del
present”.
Conve
tindre les idees ben clares al respecte, tindre clar que creem que es
l'historia i quin el seu paper, perquè de lo contrari estarem donant per bones
interpretacions “de part”, quant ens plantegem per exemple “que som els
valencians” o “quina es la nostra nacionalitat”, com crec que fan determinats
assagistes passats i presents de la nostra terra.
lunes, 12 de octubre de 2015
9 d'octubre de 2015
Un dels
grans problemes que tenim a Espanya, i per descomptat a València, es que no
aconseguim posar-nos d'acord en la
interpretació de fets claus de la nostra historia, no encontrem unanimitats
bàsiques en lo que fou el procés de la Reconquista, o en la transcendència o no
del descobriment i la colonització d'Amèrica, o en la Guerra de Sucessiò, o en
el naixement de l'Estat nació a partir de la constitució lliberal de 1812, i
aixina un llarg etcètera. No deixa de ser curiós que en un país com el nostre,
que les humanitats, i dins d'elles l'historia, son tan maltractades al sistema
educatiu, siguem cadascú de nosaltres tan puntosos i tan “assabentats” en
converses d'eixes en les que al voltan d'una botella de ví s'arregla el mon,
fen poc cas de la bona historiografia que tenim al nostre abast, i que de
consultar-la mes a menut ens evitaria molts problemes que quan entren en l'àmbit
polític sempre s'engrandixen.
La falta de
consens històric, com es previsible, es traduïx en falta de consens respecte
als nostres símbols, a les nostres institucións, als legítims representants
d'eixes institucions…, i això perquè sempre encontrem alguna excusa per no
sentir-nos representats per ells; d'ahí a faltar-los al respecte de manera mes o
menys sonora, sols n'hia un pas.
Dic açò
perquè no m'agrada que es xiule, que s'insulte, que es menyspree públicament
els símbols històrics que tenim; tampoc a les persones que en cada moment les
representen. No m'agrada que en un camp de futbol es xiule l'himne nacional pel
fet que acudisca el Rei, perquè les que eu fan ofenen de manera gratuïta a
molta gent, no m'agrada que s'insulte a un president del govern, siga del
partit que siga, quan acudix per exemple a un desfile militar, com solia
passar-li a Zapatero, i no m'agrada que un dia tan simbòlic com el 9 d'Octubre,
al pas de la Reïal Senyera de tots els valencians, s'insulte i es xiule al seu
portador, abans del Partit Popular, i enguany a Joan Ribò, alcalde de València
per Compromís. Es cert que amb el canvi polític a l'ajuntament del cap i casal,
s'han dut a terme sense cap tipus de consens, modificacions que no agraden a
una part important de valencians, a mi tampoc m'agraden, ja eu dic, i bé està
que l'oposició eu diga, eu argumente políticament quan toque, eu utilitze com a
crítica als òrgans de govern municipal i davant dels seus partidaris, però en
un acte que es de tots, que tots els valencians de dretes, d'esquerres,
monàrquics, republicans, valencianistes, catalanistes, espanyolistes, o
qualsevol altra possibilitat que vullguen, i que acudixen a un fet que deuria
ser solemne com es la Processo Cívica que cada dia 9 d'Octubre es celebra a
València, se senten incòmodes, exclosos de lo que es tant d'ells com de les que
xiulen.
He dit que
a mi no m'agraden les canvis introduïts pel nou govern de l'ajuntament; en
pareix que el fet de viure a un país laic com es el nostre no te res que vore
que es respecte la tradició de presentar la Reïal Senyera davant de
l'arquebisbe per cantar un Te Deum; no saber distingir la tradició constituïda
per l'innegable component històric de la religió en la conquista de València
per part de Jaume I, no reconéixer que un dels primers actes del conqueridor a
l'entrar a València fou la consagració cristiana de la mesquita de la ma de
l'arquebisbe Pere d'Albalat, i la celebració d'un acte religiós, interpretan al
segle XXI tot això com un detall històric i no necessàriament religiós, en
pareix un infantilisme i una falta de visió ampla. Personalment, eixe laïcisme
visceral que no es capaç siquiera de respectar les fets fonamentals dels
activitats festeres o culturals, sempre m'ha paregut una manifestació infantil
d'un complexe d'inferioritat ideològica: mols fluixa es una ideologia que no
resistix els trenta minuts que pot durar un acte tradicional o festiu dins
d'una Catedral.
Dit açò,
¿no podria l'Ajuntament de València i les organitzacions participants donar-li
mes solemnitat a la processó?, ¿tan difícil es organitzar el desfile, establint
un millor ordre i vistositat d'eixes organitzacions socials, culturals, econòmiques,
etc. de manera que quedaren millor identificades? seria d'agrair per a major
disfrut dels assistents i de l'acte en si.
Aquest any
molta gent va acudir a la processó, al Te Deum en presencia de la Senyera de Lo
Rat Penat, al desfile de moros i cristians de la vesprada. Un dia de festa per
a disfrutar, per a sentir-nos orgullosos del nostre passat i obligats amb el
nostre futur, mes allà de la polèmica, que dies en hauran al llarg de l'any per
discutir.
domingo, 4 de octubre de 2015
Al voltan del Llibre dels Fets
Hi han lectures pertorbadores, lectures crítiques que remouen plantejaments que sempre hem donat per bons però que si o si hem d'escometre si volem mantindre cert rigor científic en allò que es diu. Dic açò perquè he pogut aconseguit alguns llibres de medievalista Antonio Ubieto Arteta que en resultem altament interessants però que costen de trobar, potser, m'atrevisc a avançar, perquè els seus plantejaments no son còmodes a lo políticament correcte en lo que respecta a l'historia de València.
Ahí van uns paràgrafs del seu "Orígenes del Reino de Valencia":
"A la vista de los resultados apuntados en el capítulo anterior, es evidente que la narración de la Crónica de Jaime I no puede ser aceptada íntegramente por cuatro motivos fundamentales:
1º. La versión que hoy conocemos de la Crónica de Jaime I no es la redactada por el rey, sino una refundición hecha en Poblet el año 1343. Ésto explica que la narración sea hecha en primera persona, como si fuera escrita o dictada por el propio rey Jaime I, y se llegue al contrasentido de narrar la muerte del monarca. Por lo menos ésta parte ha sido interpolada por el refundidor de 1343. Lo que permite suponer que pudieran existir otras interpolaciones.
2º. Porque la crónica -como todos los textos narrativos- quiere darnos "su versión"; y esta versión puede estar interesada para justificar "a posteriori" algunos acontecimientos.
3º. Porque la comparación de la Crónica con la documentación coetánea emitida por la cancillería del mismo rey Jaime I están en contradicción en multitud de ocasiones, señalando que Jaime I tergiversó la cronología y el desarrollo histórico para justificar determinados momentos de su reinado.
4º. Porque cuando hay un enfrentamiento entre fuentes cronísticas y documentales es norma metodológica considerar como más cercano a la verdad histórica lo que se desprende del documento que no lo que cuente la crónica."
Ahí van uns paràgrafs del seu "Orígenes del Reino de Valencia":
"A la vista de los resultados apuntados en el capítulo anterior, es evidente que la narración de la Crónica de Jaime I no puede ser aceptada íntegramente por cuatro motivos fundamentales:
1º. La versión que hoy conocemos de la Crónica de Jaime I no es la redactada por el rey, sino una refundición hecha en Poblet el año 1343. Ésto explica que la narración sea hecha en primera persona, como si fuera escrita o dictada por el propio rey Jaime I, y se llegue al contrasentido de narrar la muerte del monarca. Por lo menos ésta parte ha sido interpolada por el refundidor de 1343. Lo que permite suponer que pudieran existir otras interpolaciones.
2º. Porque la crónica -como todos los textos narrativos- quiere darnos "su versión"; y esta versión puede estar interesada para justificar "a posteriori" algunos acontecimientos.
3º. Porque la comparación de la Crónica con la documentación coetánea emitida por la cancillería del mismo rey Jaime I están en contradicción en multitud de ocasiones, señalando que Jaime I tergiversó la cronología y el desarrollo histórico para justificar determinados momentos de su reinado.
4º. Porque cuando hay un enfrentamiento entre fuentes cronísticas y documentales es norma metodológica considerar como más cercano a la verdad histórica lo que se desprende del documento que no lo que cuente la crónica."
martes, 22 de septiembre de 2015
Sobre el tiempo y el olvido...
..."Éste niño no sabrá nunca lo que ha sucedido, se lo ocultarán su padre y su tía y se lo ocultaré yo mismo y no tiene importancia porque tantas cosas suceden sin que nadie se entere ni las recuerde, o todo se olvida y prescribe. Y cuán poco va quedando de cada individuo en el tiempo inútil como la nieve resbaladiza, de qué poco hay constancia, y de ese poco tanto se calla, y de lo que no se calla se recuerda después tan sólo una mínima parte, y durante poco tiempo: mientras viajamos hacia nuestra difuminación lentamente para transitar tan sólo por la espalda o revés de ese tiempo, donde uno no puede seguir pensando ni se puede seguir despidiendo: "Adiós risas y adiós agravios. No os veré más, ni me veréis vosotros. Y adiós ardor, adiós recuerdos."
Javier Marías, en Mañana en la batalla piensa en mí.
domingo, 20 de septiembre de 2015
MAÑANA EN LA BATALLA PIENSA EN MÍ, de Javier Marías.
Qué sensación nos daría leer nuestros propios pensamientos
si antes hubiésemos sido capaces de poner negro sobre blanco absolutamente todo
lo que nos pasa por la cabeza. Ese es el ejercicio que Marías nos propone en
ésta novela introspectiva (¿psicológica?) casi de sus inicios (1994), el camino
por el que nos lleva a partir de una situación quizás absurda y ridícula, pero posible
y por lo tanto inquietante: a Víctor Francés, guionista de televisión, un “negro”
de discursos vacuos, se le muere en sus brazos su casi desconocida amante,
medio vestida y medio desnuda, con un hijo de dos años durmiendo en la
habitación de al lado, sin saber a quién llamar, ni siquiera sin saber si debe
llamar a alguien, sin saber cuál es el siguiente paso que debería dar más allá
de pensar en lo anecdótico, en lo absurdo de la situación, en su mala suerte o
en la mala suerte de Marta Téllez, ya sin vida en el engaño de una infidelidad
no consumada.
Llevado quizás por la inercia de su indecisión Víctor querrá
conocer a la familia de Marta y a partir de ahí a todo un electo de personajes
secundarios que desde mi punto de vista no siempre encuentran su encaje en el
relato: a su padre académico y cortesano, a su hermana más joven y lúcida, a su
viudo entre comprensivo e irritado, protagonista él también de una infidelidad
atormentada y cobarde por la muerte accidental de su amante, la otra, en una
calle mojada de Londres, llegando por fin al epílogo del relato provocado por
la confluencia de dos mujeres muertas en un mar de mutuos desconocimientos.
Siguiendo la opinión del propio autor, quizás estemos ante
un ensayo del engaño, vivimos engañados o engañando, y así a lo largo de la
vida, una vida gris como las calles del Madrid en invierno donde transcurre, un
ambiente oscuro que esconde la realidad hasta hacerla convertir en ficción,
porque esa es la única manera de que el olvido no difumine definitivamente lo
que realmente ha ocurrido.
jueves, 3 de septiembre de 2015
UNA ACLARACIÓN OBLIGADA
Durante dieciséis años de mi vida he formado parte del
Ayuntamiento de Beneixama, doce de ellos como alcalde. Como he dicho en otras
ocasiones, ha sido una experiencia única que me llena de orgullo y que
recordaré con satisfacción durante el resto de mis días. Pasados un par de meses
desde que abandoné el cargo no puedo sino agradecer, en primer lugar a mi
familia por el apoyo que siempre he tenido de ellos, y desde luego a mis
compañeros en los sucesivos gobiernos municipales por el inmenso trabajo
llevado a cabo de manera tan desinteresada, fruto del cual son importantes
mejoras en infraestructuras de todo tipo de las que los vecinos de nuestro
pueblo pueden disfrutar. Muchas gracias a todos.
Tantos años de dedicación hace inevitable los buenos y los
malos momentos, pero incluso estos últimos los he tenido por positivos, porque
me han permitido valorar más si cabe la cultura del esfuerzo, el compañerismo y
el afán de dedicación por lo público. Pero es cierto que también me ha dado
ocasión de descubrir y de sufrir, y lo hago con una gran pena, la deshonestidad
y la bajeza moral de ciertas personas, afortunadamente pocas, a las que antes
había tenido por vecinos cabales y responsables, cuando no ejemplares. Y digo
esto, repito, con inmensa pena, porque a partir de determinado momento, curiosamente
en el intervalo de cuatro años en que no ocupé cargo alguno, lo que en todo
caso debería haber quedado como mucho en simples discrepancias políticas,
derivó en denuncias judiciales por parte de personas que ahora me
permito no nombrar, y la aparición de noticias maliciosas en medios de
comunicación que solo tenían como propósito provocar un daño personal. Pongo
por ejemplo una denuncia que en su momento se formuló contra mí por supuesta
malversación de fondos públicos y que fue aireada de forma torticera por
determinados periódicos, los mismos que posteriormente, en un
ejemplo elocuente de falta de profesionalidad, apenas se hicieron eco del
archivo de las actuaciones por parte del Juzgado instructor al no haber
encontrado comisión de delito alguno. Un caso típico de difama que algo queda.
Cuando en 2011 volví a ocupar el cargo de alcalde, con un
holgado apoyo electoral, tuve con mis compañeros que hacer frente a una difícil
situación en las arcas municipales, lo que nos llevó a acometer una importante
reducción de gastos que nos parecían innecesarios y en cualquier caso
inasumibles. Entre ellos estaba la partida de incentivo a la productividad que
los trabajadores municipales perciben por su especial dedicación y por tareas
fuera del horario normal del trabajo. De un examen minucioso de dicha partida
pude deducir la injusticia con que se había distribuido y la falta de un
criterio objetivo, existente en anteriores legislaturas, que venía a beneficiar
a unos frente al resto. La implantación de nuevo de esos criterios objetivos,
más justos y equitativos, supusieron además la reducción de la partida, que
pasó de los 40.625,05 eu. pagados en 2010, a los 30.340,65 en 2011, y 16.210,69
en 2012. Como era de prever ésta medida, que no iba dirigida contra nadie, no
gustó a todos, y fue la causa evidente de que el Ayuntamiento en general y yo
en particular, tuviésemos que sufrir nuevas denuncias y despropósitos.
Una de esas denuncias tuvo como consecuencia la
intervención de la policía judicial en el Ayuntamiento el pasado día 17 de
marzo. Puedo asegurarles que fue uno de los días más tristes de mi vida, y no
porque tuviera ningún miedo en lo personal, que ni lo tenía entonces ni lo
tengo ahora, sino porque como benejamense y como alcalde me sentí humillado y ofendido,
y porque me dolió ver cómo se ponía en tela de juicio la actuación de personas
de las que conozco sobradamente su profesionalidad y su honestidad. El ver como determinados vecinos parecían
alegrarse en las puertas del Ayuntamiento de lo que estaba sucediendo, me
pareció sencillamente repugnante.
De esa intervención policial, por lo que yo sé dado que en
estos momentos no dispongo de información actualizada, se siguen actuaciones de
instrucción por parte de un Juzgado de Villena de las que derivará lo que en
justicia proceda, y parece prudente que no hagamos demasiados juicios de valor
hasta que las mismas hayan concluido; ya he mencionado la experiencia de una
anterior denuncia en aquel caso contra mí, que quedó en nada pero que produjo,
de manera intencionada por quienes filtraron la noticia a la prensa, daños
irreparables. En cualquier caso algunas personas han sido imputadas en este
nuevo asunto, lo que en modo alguno quiere decir condenadas, y sobre al menos
algunas de ellas que conozco bien, no tengo la menor duda de su inocencia, como
estoy seguro que quedará demostrado.
Creo que no es pertinente por mi parte dar en estos
momentos información detallada sobre el contenido de las actuaciones judiciales
a las que un día tuve acceso, y menos hacerlo de forma sesgada, pero sí que
puedo decir, y lo hago obligado por la noticia falsa aparecida en el Diario
Información de Alicante con fecha del pasado 1 de septiembre, que en ningún
momento en dichas actuaciones he sido imputado de delito alguno y mucho menos
detenido, todo ello es falso e injurioso, y promoveré las acciones legales a
que tenga derecho contra los autores de tamañas mentiras. La justicia, como toca ante cualquier denuncia, está actuando, y creo
que lo procedente y lo responsable es dejarla trabajar sin intentar
condicionarla con noticias sesgadas y sacadas de contexto como parece que está
haciendo determinada prensa con tintes sensacionalistas, todo ello a partir de
información filtrada por alguien que debería tenerla a buen recaudo si no
tuviese la mala intencionalidad que demuestra. Habla el periodista de un
supuesto delito por la segregación de unos terrenos que en cualquier caso se
realizó con total transparencia y de la que no hubo apropiación alguna, sino
una simple compra-venta como tantas otras de las que todos los días se llevan a
cabo, y de la que de momento que yo sepa, el Sr. Juez instructor ha hecho caso
omiso.
Por la prudencia a la que antes he apelado, no puedo de
momento ser más explícito, tiempo habrá si es que quedan ganas cuando las
actuaciones judiciales acaben, por ahora no podemos sino lamentar el afán de
algunos por injuriar, por causar daño en lo personal y en lo profesional, sin
ningún miramiento y sin atreverse a dar la cara, utilizando para ello un medio
de comunicación que se demuestra afín a sus propósitos. Triste, realmente
triste, es que algunos entiendan la política y las relaciones vecinales de ésta
manera, pero no está en nuestras manos hacerlos cambiar, solo tener confianza
en que el sentido común de la población en general sepa distinguir a unos y
otros. Utilizar estas fechas para airear falsedades e injurias, precisamente a
las puertas de nuestras Fiestas Patronales en que más población se concentra en el pueblo, no hace sino incrementar la mala intención de sus promotores. Si sus
aspiraciones en ésta vida y hacia la convivencia en Beneixama no son más que injuriar, calumniar
y expandir noticias falaces y malintencionadas, solo podemos sentir por ellos
lástima.
domingo, 30 de agosto de 2015
¿Una llengua, una cultura, una nació?
Un dels
principals conflictes de l'anomenada “batalla de València”, ocorreguda
fonamentalment als anys de la Transiciò, es el que es donà al voltant de la
llengua que parlem els valencians. Per dir-ho de manera extremadament resumida, les diferencies estaven (i estan), en
determinar si com afirmen uns, abans que les tropes de Jaume I entraren a
València, ja es parlava una llengua romanç, descendent del llatí, i per lo tant
podem dir que els valencians ja parlàvem valencià, o si pel contrari, sols
s'utilitzava l'àrab i fou a partir de la conquista cristiana quan s'implanta la
nova llengua, el catalá, de la mà de part de les tropes que acompanyaren al rei
en Jaume. Personalment, si tenim en conter que era l'època de formació de les
llengües romanços, i de la pròpia característica canviant i adaptable innata a
qualsevol llengua, sempre m'ha paregut un debat estèril. Hui per hui pareix que
es la segon teoria, implantada cada vegada mes a les àmbits oficial i educatiu,
la que ha resultat vencedora, a pesar de la resistència d'entitats com Lo Rat
Penat, la Reial Acadèmia de Cultura Valenciana o l'Associació d'escriptors
valencians, entre altres.
En
qualsevol cas aquesta es una polèmica de veres trista, que podria quedar reduïda
a l'àmbit acadèmic, als filòlegs, i poc mes, però veiem que no es així, veiem
que de tant en tant es torna a ella, i ¿això per què?, avance la meua tesi: en
el fons no es tracta d'un problema lingüístic, es tracta, diguem-no clar, d'un
problema polític, perquè sobre una o altra conjectura hi han formulacions
netament polítiques, i ahí es on ens dol.
Fa pocs
dies que un conseller de la Generalitat catalana dia que no podien oblidar els
catalans, endinsats en el proces sobiranista que alguns d'ells porten per
davant, a la resta de ciutadàns de la nació catalana, als valencians i als
mallorquins entre altres, i que l'objectiu últim era la independència dels
PaÏsos Catalans; també de Països Catalans i de la seua independència i
unificació parlava fa menys d'un any l'actual conseller d'educació de la
Generalitat Valenciana, i eixe es precisament el problema que majoritàriament
tenen els que, amb tot el dret del mon, se senten a la volta valencians i
espanyols, que acceptar l'assimilació entre valencià i catalá, es entrar en el
joc d'alguns, evidentment no tots, que en l'única llengua veuen una única
cultura, i en l'única cultura, veuen una única nació, i ahí em tocat ferro.
Dia als
anys seixanta Joan Fuster, en el seu to pamfletari habitual, que “Tenim dret a
esperar –per molt llunyana que se'ns presenti aquesta esperança-, que un dia
serà suficient dir català per al.ludir a la
nostra condició de poble únic”. Efectivament, repetim, eixa es la meta del
catalanisme polític, i per això el seu camí es acostumar-nos a dir que parlem
català (podien dir valencià, inclús donant per assentat que fora la mateixa
llengua, com per cert la nomena nostre Estatut), i que donat que tots parlem
català passar a defendre que tots tenim, com ja he dit, una mateixa cultura, la
cultura catalana, que a la mateixa vegada es distinta de qualsevol altra, i
finalment si tenim una mateixa, i única llengua, i per lo tant una mateix i
única cultura, finalment tenim una mateixa i única nació, la nació catalana.
Realment
l'argumentari, si no ens parem en masa detalls pot paréixer impecable, però si
eu fem encara que siga superficialment, es cau per tots els costats. Mes enllà
de les disquisicións lingüístiques que puguem fer, si la cultura es basa en la
llengua, ¿què passa per eixemple amb els escriptors valencians que utilitzen l'espanyol?,
¿no formen part de la cultura valenciana autors com Azorín, Miguel Hernández,
Rafael Chirbes, Gabriel Miró o Max Aub, per dir-ne sols alguns?, i ¿no tenim
dret a sentir com a propits a Cervantes, Machado, Lorca, Valle Inclán o Pio
Baroja, pel fet de no haver-hi nascut a la “nació catalana”?, ¿per qué hem de
conformar-nos en una sola llengua, per molt que la vullguem, i la volem, i no
em de tindre com a pròpia l'espanyola i la immensa cultura que d'ella ens pertany?
Passar d'eixa assimilació entre llengua i cultura a reivindicar una única nació
es simplement ridícul, es com reduir tot un gran mon que les noves tecnologies
ens obrin de par en par, a un altre xicotet, provincià, ètnic, repetisc,
ridícul.
Es possible
que algú pense que estic exagerant en aquets escrit, però si es pillen la
molèstia de repassar les estatuts d'alguns partits polítics i organitzacións
culturals valencianes (i catalanes amb forta influencia en eixes valencianes)
voran que no es així. Al final cadascú te dret a pensar i a defendre el que
estime convenient, faltaria mes, però no puc mes que lamentar que per eixa
sensació que molts valencians tenen que a partir de la llengua les volen dur a
entelèquies polítiques que simplement avorrixen, la nostra llengua valenciana,
la que hem parlat des dels primers moments de la nostra vida, la que hem utilitzat
sense complexes per exemple quant fa quaranta anys anaven a la ciutat de
València, i mols dels que ara ens volen vendre la burra del catalanisme, “hablaban
castellano porque era más fino (i molts d'ells seguixen parlant-lo en la
família)”, la que estimem com un dels grans tresors de la nostra cultura (però
no l'únic), les l'estiguen fent avorrir. En diu un estimat amic de Beneixama
que està mes que de volta de la política, que qui mes mal ha fet al valencià
sons els que l'utilitzen com a traga-la. Estic admirat de la seua
clarividència.
domingo, 16 de agosto de 2015
LA VELOCIDAD DE LA LUZ, de Javier Cercas
El libro ya tiene años (2005), pero reconozco que después de
leer la exitosa novela Soldados de Salamina,
me daba cierta pereza volver a un autor que lo parecía de bestsellers; estaba equivocado y me alegro de haberlo descubierto a
tiempo.
La novela empieza como pareciendo contar una historia
corriente, entre autobiográfica y reflexiva en torno a la brutalidad de la
guerra, para ello se sirve de la de Vietman, aquella tragedia de los años
sesenta y setenta con la que los niños y adolescentes de la época convivíamos
casi a diario a golpe de telediario y película de Hollywood. Pero pronto nos
abre un mundo más denso y más extenso, más complejo y a la vez cercano a la
realidad cotidiana de cada cual.
El relato en sí transita desde la primera a la última página
sobre la tenue línea que separa la realidad del narrador: la ilusión de un
joven Cercas que quiere ser escritor, su estancia durante un par de años en la universidad
americana de Urbana, su matrimonio y su hijo (aquí arriesga hasta el borde de
un abismo trágico), el éxito y sus perversos efectos tras la publicación de una
novela anterior (se entiende, Soldados de
Salamina) … , con la ficción que aportan una vida por los subsuelos de una
gran ciudad (¿) o el trágico accidente que destroza su familia, por poner solo
dos ejemplos, de manera que cuando acabamos su lectura no sabemos a ciencia
cierta incluso si quien es la piedra
angular del relato, el controvertido exsoldado e inteligente lector Rodney Falk,
abatido hasta el suicidio por un terrible mal de conciencia, existió realmente
o no. De cualquier forma poco a poco vamos descubriendo que todo eso es lo de
menos, porque lo que realmente importa no es tanto conocer las barbaridades que
se cometieron en una guerra como cualquier otra, ni siquiera la influencia que
la misma podía tener en una familia ordinaria de una sociedad como la norteamericana,
sino ver como la ciénaga de esa guerra concreta se parece cada vez más a la ciénaga
en la que está hundido el narrador y a través suyo cada lector. Como la cotidiana
mirada en el espejo de cada uno de nosotros en determinados momentos de la vida,
nos puede mostrar la crueldad y la podredumbre por la que tan a menudo
transitamos quizás sin darnos cuenta. Como los dos caminos de desilusión por lo
que el autor nos conduce en su relato corren uno frente al otro hasta unirse, a
la velocidad de la luz, porque al final todas las historia que se cuentan son
una misma historia.
Con un lenguaje sencillo Javier Cercas consigue atrapar al
lector en un torbellino de desazón psicológica, con la valentía añadida de
asumir riesgos en lo personal hasta el extremo de convertir parte del mismo en
una ficticia autobiografía cruel consigo mismo.
martes, 11 de agosto de 2015
El debate catalán (35)
Dice Julio Camba hablando de los hechos diferenciales en 'Haciendo de República' (1934):
“Los hay en Cataluña con respecto a España, y en Barcelona con respecto a Cataluña, y en la rambla de Canaletas con respecto a Barcelona, y en cualquier casa de la rambla de Canaletas con respecto a la rambla en general. En todas partes hay hechos diferenciales, pero la cuestión está en si debe uno cultivarlos o debe, por el contrario, dedicarse al cultivo de los hechos igualitarios”.
“Los hay en Cataluña con respecto a España, y en Barcelona con respecto a Cataluña, y en la rambla de Canaletas con respecto a Barcelona, y en cualquier casa de la rambla de Canaletas con respecto a la rambla en general. En todas partes hay hechos diferenciales, pero la cuestión está en si debe uno cultivarlos o debe, por el contrario, dedicarse al cultivo de los hechos igualitarios”.
miércoles, 29 de julio de 2015
El debate catalán (34)
Una interesante reflexión del catalán Xavier Vidal-Folch, que hasta ahora parece haber pasado inadvertida, en su artículo de El País, de hoy.
Un "Golpe" para Cataluña
Un "Golpe" para Cataluña
domingo, 26 de julio de 2015
HOMBRES BUENOS, de Arturo Pérez-Reverte
Serán fundamentalmente los dos últimos tercios del siglo
XVIII en Francia, los que darán nombre a la centuria y zarandearán como un
terremoto con epicentro en París, las ideas y las estructuras políticas y
sociales de toda Europa; el Siglo de las Luces, se convertirá en la gran
referencia de la lucha sin cuartel entre el oscurantismo y la razón, entre el
encorsetamiento impuesto por una religión acostumbrada a dirigir vidas y reinos
y la fuerza liberadora de la nueva filosofía inspirada por Rouseau, Voltaire o Montesquieu
entre otros. La edición entre 1751 y 1780 de la Encyclopédie de Diderot y d’Alembert será en cierto modo la
condensación de todas esas nuevas ideas ofrecidas al mundo.
Ese es el marco en que se mueve la historia de Hombres buenos (Alfaguara, 2015), y lo
hace su autor a partir de tener entre sus manos esa primera edición de la
Enciclopedia que se guarda en la biblioteca de la Real Academia de la Lengua de
la que es miembro, e indagar en las peripecias que la ilustre institución
sufrió para su compra, tarea encargada a dos de sus académicos, don Pedro
Zárate y don Hermógenes Molina, en un
momento además en que la Inquisición la tenía prohibida.
Si algo caracteriza las novelas de Pérez Reverte es su
meticulosa preparación de cualquier detalle histórico, geográfico o técnico de
los que se utilizan en el relato, y la novedad en su último libro, que a su vez
le da frescura y en cierta forma hace partícipe al lector de su génesis, son
los capítulos que va intercalando en donde pregunta a especialistas como Carmen
Iglesias o Francisco Rico, o a la propietaria de una librería de viejo a las
orillas del Sena, informaciones que después utilizará en la obra.
En Hombres buenos
aparece una confrontación a cuatro bandas capitaneadas a su vez por sus cuatro
protagonistas principales, todos ellos académicos de la RAE: por una parte los
ya citados Pedro Zárate, máximo representante de las nuevas ideas ilustradas y
hacia quien el autor parece demostrar mayor simpatía, y el bibliotecario de la institución
Hermógenes Molina, hombre culto, razonable, que comparte las ideas ilustradas
sin renunciar a su condición de católico convencido. Por otra parte el reaccionario
periodista Manuel Higueruela, enemigo acérrimo de la nueva filosofía y Justo
Sánchez Terrón, un mediocre intelectual auto convencido de ser el mejor
representante de las nuevas ideas. Entre ellos se irán hilvanando alianzas, amistades e intereses, en lo que en último caso es la representación de un
enfrentamiento poliédrico entre lo viejo y lo nuevo, situados ambos más allá de
las trincheras previsibles.
La novela carece, pese a la escena del duelo que presenta en
París y un violento final en el que los académicos recuperan la obra a punto de
ser destruida, de momentos vibrantes que tensionen el relato, pero quizás
tampoco se trataba de eso cuando se tiene la pretensión de ser fiel a los
acontecimientos que realmente ocurrieron. Por otra parte, de forma intencionada
o no, creemos que sí, Reverte nos va haciendo una lectura actualizada de los hechos,
es como si al leer lo acontecido hace más de doscientos años estuviésemos escudriñando
las páginas de opinión de un periódico de hoy mismo.
Quizás no sea la mejor sus novelas, pero es imprescindible
para quienes siguen la obra de Pérez-Reverte y desean conocer un poco mejor las
inquietudes de siglo XVIII en Francia y España.
jueves, 23 de julio de 2015
El debate catalán (33)
Hoy aparece en El País un artículo del escritor Santiago Roncagliolo que no puedo dejar de recomendaros. Los nacionalistas, empezamos a saberlo también en Valencia y me temo que tendremos múltiples ejemplos durante los próximos cuatro años, suelen hablar de cultura auto situándose sobre un peldaño superior, como revestidos de una autoridad intelectual desde la que poder menospreciar la opinión contraria: la historia, las tradiciones, el lenguaje, la literatura..., son como ellos las entienden, los otros, pobres ignorantes, poseídos por una "cultura extraña", no pueden sino perder resortes de expresión. Nunca pues llegaremos a entender las bondades pedagógicas de la inmersión linguística al catalán (?), nunca a ser conscientes de la fortaleza de nuestra "única" cultura subyugada, nunca a asumir que poder hablar castellano y tenerlo como lengua propia junto al valenciano, nos priva de las delicias de la etnia.
Quizás desde nuestra ignorancia lleguemos a pensar algún día, que es precisamente ella la que nos hace grandes.
domingo, 12 de julio de 2015
El "problema" de España XII
Es cierto que nuestros ilustrados nunca tuvieron la
iniciativa intelectual, y por lo tanto no dejaron el sedimento de cualquiera de
los autores de las “Luces” francesas. Aquí no hay un Voltaire, ni un Diderot,
ni mucho menos un Rousseau, y ello se debe en gran parte al ambiente general
que se vive en la España del siglo XVIII, a la falta de libertad de pensamiento,
al dominio que una iglesia ultramontana ejercía incluso contra los intentos
regios de modernización de Carlos III; y a pesar de ello son fundamentales para
entender lo que serán los dos siglos siguientes. Moratín describe así ese
ambiente contradictorio en que viven:
“… la edad en que
vivimos nos es muy poco favorable: si vamos con la corriente, y le hablamos el
lenguaje de los crédulos, nos burlan los extranjeros, y aún dentro de casa
hallaremos quien nos tenga por tontos; y si tratamos de disipar errores
funestos, y enseñar al que no sabe, la santa y general Inquisición nos aplicará
los remedios que acostumbra”.
sábado, 20 de junio de 2015
Reflexión y razón
¿Firmarías esta afirmación o crees que es un impedimento al avance intelectual?
"... la especulación -entendida en su acepción reflexiva- comienza allí donde concluye el imperio de la sana razón; para poderse consagrar a ella es necesario o carecer de razón o haberla perdido".
"... la especulación -entendida en su acepción reflexiva- comienza allí donde concluye el imperio de la sana razón; para poderse consagrar a ella es necesario o carecer de razón o haberla perdido".
Cartas de Jhering. "Jurisprudencia en broma y en serio". 1880
jueves, 18 de junio de 2015
Opinión a contracorriente
"Las redes sociales le dan derecho de palabra a legiones de imbéciles que antes hablaban sólo en el bar después de un vaso de vino, sin dañar a la colectividad",... "enseguida (a éstos) los callaban, mientras que ahora tienen el mismo derecho de palabra de un premio Nobel. Es una invasión de imbéciles".
Umberto Eco
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