sábado, 12 de diciembre de 2015

"Valencia", en Azorín

          La dominación árabe de la península ibérica fue larga y por ello intensa. En el caso de Valencia más de cinco siglos, menos en el norte: la cornisa cantábrica, Navarra, Aragón y Cataluña. Quizás por eso primamos siempre el periodo musulmán y la Reconquista, obviando aspectos de la época romana, excepción hecha del derecho. 

          Azorín nos propone una certera reflexión en torno a ello en el capítulo El cuarto de costura de su obra Valencia. 
 
          "Confidencias de Elena Viu al doctor a lo largo de las visitas. Algunas de las confidencias     que Eladio Taroncher ha revelado al poeta. Habla la condesa.

          -Taroncher, yo soy edetana y no agarena. En la barbarie moderna me siento perdida como el explorador desorientado en los hielos polares. Valencia es romana y no árabe. La Valencia   romana ha atravesado impermeablemente el periodo musulmán. Valencia, la Valencia romana, se esquiva. No es fácil captar el verdadero y profundo carácter valenciano. Casi todos los observadores se van por el lado de la jovialidad ruidosa y frívola. Y no hay tal. Piense usted en ese labriego alicantino, sobrio, silencioso, obstinado en el trabajo, que sólo de tarde en tarde expresa su sentir en unas palabras sentenciosas. Cuando yo veo a uno de esos valencianos, creo estar viendo a un ciudadano de Roma. Hablo de Valencia y hablo con ello de todo el reino. Valencia no se entrega a quien no se propone entrar en íntimo y amoroso contacto con ella. Ni nuestros hombres, ni menos nuestras mujeres, descubren desde el primer momento su fondo. ¿Recuerda usted la semblanza que Vives traza de su madre? Seria, callada, rígida, represa sus sentimientos en el fondo del alma. Sólo les da salida en plena confianza y en momentos de efusión familiar o de amistad sincera. Pues esa, doctor, es Valencia. "