domingo, 12 de julio de 2015

El "problema" de España XII


Es cierto que nuestros ilustrados nunca tuvieron la iniciativa intelectual, y por lo tanto no dejaron el sedimento de cualquiera de los autores de las “Luces” francesas. Aquí no hay un Voltaire, ni un Diderot, ni mucho menos un Rousseau, y ello se debe en gran parte al ambiente general que se vive en la España del siglo XVIII, a la falta de libertad de pensamiento, al dominio que una iglesia ultramontana ejercía incluso contra los intentos regios de modernización de Carlos III; y a pesar de ello son fundamentales para entender lo que serán los dos siglos siguientes. Moratín describe así ese ambiente contradictorio en que viven:


“… la edad en que vivimos nos es muy poco favorable: si vamos con la corriente, y le hablamos el lenguaje de los crédulos, nos burlan los extranjeros, y aún dentro de casa hallaremos quien nos tenga por tontos; y si tratamos de disipar errores funestos, y enseñar al que no sabe, la santa y general Inquisición nos aplicará los remedios que acostumbra”.