Un bon article de Francesc Moreno
Otra falacia que cae: Cataluña independiente un Estado mejor
I... ¿Patria o patrimoni?
http:La fortuna de la familia Pujol
¿Quien roba a quien?
martes, 29 de julio de 2014
domingo, 27 de julio de 2014
La vida, ese instante...
"Existo sin saberlo y moriré sin quererlo. Soy el intervalo entre lo que soy y lo que no soy, entre el sueño y lo que la vida ha hecho de mí, la medida abstracta y carnal entre cosas que no son nada, siendo yo también nada. Nubes... ¡Qué desasosiego si siento, que desconsuelo si pienso, qué inutilidad si quiero!"
Fernando Pessoa
jueves, 17 de julio de 2014
miércoles, 16 de julio de 2014
Partes de guerra. Ed. de Ignacio Martínez Pisón
Ya
nos hemos referido a la prevención con que siempre conviene mirar al subgénero
de la historia novelada. Efectivamente, no hay mejor manera de penetrar en el intramundo de una determinada época que
a través de buenas novelas, pero si estas no tienen el nivel necesario, también
es la mejor manera de perder el hilo de los acontecimientos tal y como
realmente ocurrieron. Si en vez de novelas hablamos de cuentos, lo mismo pero
aún más peligroso, porque el cuento no es sino la descripción de un hecho de
manera encapsulada, donde muchas palabras pueden faltar pero ninguna ha de sobrar,
y esa una debe ser precisamente la justa, ni más ni menos.
Digo
todo esto para referirme al libro Partes
de guerra, en edición y selección de Ignacio Martínez Pisón (RDA Libros,
2009), publicado como tantos otros al rebufo del setenta aniversario de la
finalización del conflicto, que contiene un total de treinta y cinco cuentos
sobre la guerra civil española, ordenados de manera cronológica no por la
fecha en que fueron escritos sino por los acontecimientos a que se refieren, dentro de los casi tres años que duró aquella.
Es
cierto que el nombre de los autores: Matute, Chaves Nogales, Aldecoa, Delibes,
García Serrano, Manuel Rivas, etc., que firman sus respectivos relatos, debería ser garantía de calidad, aunque
tras su lectura nos parezca que no necesariamente sea así en todos los casos,
sin embargo en su conjunto sí que llega a ofrecer esa cualidad de penetración
en los sentimientos de los personajes y en las más significativas
características de los acontecimientos a que se refiere, y donde lo de menos es
en cual de las dos zonas se sitúan, sino como sus protagonistas sintieron la
llamada a la defensa de sus ideales, o el insoportable “castigo del hambre”, el
miedo paralizante “por la prisión o el fusilamiento”, la angustia ante un
encuentro desafortunado que intenta solventarse con un desesperado “¡Soy de los
vuestros!”, o el desgarrador grito del niño hacia su idolatrado maestro
súbitamente convertido en “traidor y criminal”.
El
miedo, la desolación, el hambre, la traición, el odio,… ingredientes abundantes
en cualquier guerra, aparecen en cada relato en boca de personajes anónimos, de
los que no deciden nada pero lo sufren todo, logrando en muchos casos el íntimo
mimetismo del lector que certifica de esa forma la calidad del texto
.
En
las guerras ya se sabe: “En el casco de la ciudad las bombas de los aviones
hacen carne siempre. Cuando en una camilla llevan a una pobre muy despanzurrada
o a un niño que ya no es más que un revoltijo de trapos y sangre, la
muchedumbre de curiosos se siente estremecida por el horror”. En la medida en
que los textos nos resulten prácticamente indiferentes o por el contrario
consigan hacer brotar un principio de frio sudor en nuestras frentes, el autor
habrá acertado, o no, en el uso de sus instrumentos literarios. En líneas
generales, la elección de cuentos seleccionada por Pisón cumple el fin.
martes, 15 de julio de 2014
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