El dramaturgo Leandro Fernández de Moratín (1760-1828),
ilustrado testigo de acontecimientos tan trascendentales como el final del
Antiguo Régimen, la guerra de la Independencia o el desastroso reinado de
Fernando VII, mostró siempre una preocupación especial por la cultura y el
trabajo. Admirador e incansable viajero por Europa, desde allí examinó en
ocasiones, para añorarla o para criticarla, la vida en España.
En sus Obras Póstumas leemos:
“¡No es desgracia nuestra que cuanto se hace, dirigido a la
utilidad pública, si uno lo emprende viene otro al instante que lo abandona y
lo destruye! ¿Cuándo se educará la nación? ¿Cuándo se generalizarán las ideas
de economía política, y convendrán los que gobiernan en no abandonar jamás lo
que es urgente, lo que es conocidamente útil, y cesará el empeño funesto que
los agita, de aniquilar y deshacer lo que sus predecesores fomentaron?”
No sabéis como me suena todo esto, ….