domingo, 24 de noviembre de 2013

El “problema” de España X

Se habla muchas veces del carácter pendular de nuestra historia, de que los españoles pasamos con mucha frecuencia de la ortodoxia más estricta a la heterodoxia más anárquica, de lo ultraconservador a lo ultra liberal en una brevedad pasmosa, del esfuerzo por construir inmensas catedrales, entiéndase el esfuerzo de por propagar una fe por medio mundo, a su rápida destrucción, del estricto centralismo a la desintegración de la Nación, del extremismo liberal al autoritarismo más jacobino.  También, y confieso que ésta es una obsesión particular, de la facilidad con que caemos en la frivolidad más estúpida.

He encontrado una cita de José Cadalso que, en 1772, enjuicia nuestro siglo XVIII, el de las luces, desde una posición tremendamente autocrítica:

“A la demasiada austeridad del siglo pasado en los ademanes serios, que eran tenidos por característicos de sabio, ha seguido en el presente una ridícula relajación en lo mismo. Entonces se creía que no se podía saber sin esconderse de las gentes, tomar mucho tabaco, tener mal genio, hablar poco, y siempre con voces facultativas, aun en las materias más familiares. Ahora al contrario se cree que para saber no se necesita más que entender el francés medianamente, frecuentar las diversiones públicas, murmurar de la antigüedad, y afectar ligereza en las materias más profundas. Los siglos son como los hombres, pues pasan fácilmente de un extremo a otro: pocas veces se fijan en el virtuoso medio”.
José Cadalso en “Los eruditos a la violeta”


Es curioso, si cambiamos francés por ingles y  algún otro pequeño retoque, parece como si estuviésemos refiriéndonos a los “sabios” de las tertulias de las radios y las televisiones actuales.