Boadella siempre lúcido:
"Hay dos generaciones en Cataluña educadas en el odio a todo lo español"
... y el Príncipe Felipe tres días en Cataluña
El Príncipe habló sin concesiones, de Toni Bolaño
jueves, 27 de febrero de 2014
viernes, 21 de febrero de 2014
El debate catalán (20)
El debate sigue, entre lo material y lo espiritual...
La propia Generalitat alerta de un posible "corralito" en caso de secesión
"Si ser catalán es una religión, apostato"
"El misterio de la increiblemente menguante tajada catalana"
La propia Generalitat alerta de un posible "corralito" en caso de secesión
"Si ser catalán es una religión, apostato"
"El misterio de la increiblemente menguante tajada catalana"
domingo, 16 de febrero de 2014
XAVIER CASP (V)
Ja hem dit
que a l'any 1943 Casp publica el seu poemari Volar… , i al seguent crea,
amb el seu amic Miquel Adlert Noguerol, l'Editorial Torre, en la que publicaran
autors com Emili Beüt, Salvador Verdeguer, Enric Valor, Joan Valls, Joan
Fuster, Vicent Andrés Estelles o Maria Beneyto entre altres.
Que en
plena postguerra poguera aparéixer una revista completament en valencià
s'explica per diverses raons, com la presencia protectora d'algú tant respectat
com Adlert, del pare Bertran o inclús perquè mesos després entrara Joan Fuster,
que durant 1940 i 1941 fou assessor de cultura de los organitzacions juvenils
de Falange i cap de premsa i propaganda del SEU a Sueca, càrrecs que renovà
fins a finals de la dècada dels 60 (dades per cert, que no solen apareixen en
moltes “biografies fusterianes”).
MANIA
Tinc la mania
de dur la vista cap a terra.
Sembla una greu misantropía
que se m’aferra.
La terra eixuta,
terra aplanada de sendera,
em diu la dèria absoluta
d’ésser sincera.
Ella, suau,
es va oferir a un peu
benigne,
i els peus, després, li han
fet esclaue
el millor signe…
(Sempre la clara
concepció que no s’abreuja
pren un plural que la fa rara
fins que la greuja!)
…i, passa a passa,
rep la supèrbia feixuga
del que essent poc es creu ja
massa…
ombra d’arruga!
Res no medita
com eixa terra en sacrifici.
es vital ànsia finita
en pur inici!
Ella i jo, pobres,
tenim bons somnis sense meta
quallats al dur mortes obres
quasi d’asceta.
Jo sóc mutisme
I ella veu ferma com carn
bruna;
però no hi ha un paral.lelisme
de sol i lluna?
I no té joies
la nostra fòssil petulancia…!
Té el marge tou margaridoies
cantant prestància;
té tendre nèixer
d’inútil herba en innocència
que, humil, li ensenya el bon
conèixer
a la ciència…
Però ni el savi
no sap que el marge en les
senderes
és la carícia d’un llavi
a les dents feres.
I jo voldría
saber només tal ignorància.
Però ja tinc la greu mania
de la importancia…!
L’ànima
és veritat.
Què
importa la mentida!
De Volar… (1943)
martes, 4 de febrero de 2014
Europa 2014
Pedro Laín Entralgo recoge en su artículo Europa y la Ciencia (1957), la
definición de Europa en base a un criterio genético, según el cual su formación
sería fruto de la combinación de cuatro “elementos radicales”: la Grecia
clásica, Roma, el cristianismo y la germanidad. A partir de ellos el continente
habría recorrido un “destino dramático” hasta llegar a una realidad sobre la
que el autor asevera que “no tiene así carácter geográfico, racial o
nacionalista –no es infrecuente, por desdicha, la visión “nacionalista” de
Europa-, sino funcional, operativo y humano. Allí donde las hazañas creadora,
asuntiva, educadora y oblativa sean cumplidas con universalidad y lucidez
intelectual, cualquiera que sean la situación geográfica y el color de la piel
del que las cumpla, allí se continúa la misión de Europa, allí sigue existiendo
Europa”. Europa sería según esta interpretación, instrumento y ejemplo civilizador
para todo aquel que, cualquiera que sea “el color” de su piel, quisiera seguir
su ejemplo.
Repárese que cuando Laín Entralgo escribía estas palabras, habían
pasado pocos años desde el final de la Segunda Guerra Mundial, cénit de la
explosión populista dramáticamente protagonizada por el fascismo y el
comunismo. A partir de entonces la tolerancia hacia el otro y el convencimiento
de que el antagonismo de nuestras ideas con las de nuestro vecino no era motivo
de cruel confrontación, hicieron madurar una democracia imperfecta quizás en
muchos aspectos, pero sobre la que quienes vivieron las dramáticas
consecuencias de la guerra depositaron todos sus anhelos “civilizadores”.
Pero pasa el tiempo y la quebradiza memoria humana nos hace
con frecuencia olvidar ciertos referentes esenciales. En mayo de este 2014 se
celebrarán elecciones al Parlamento Europeo, y aunque es cierto que para la
mayoría de la ciudadanía son unas elecciones menores posiblemente por la
lejanía con que percibimos el trabajo de ésta institución, pueden suponer, si
no lo evitamos, la puerta de entrada a nuevos populismos en el escenario
continental. En Austria, Grecia, Dinamarca, Francia, Noruega, etc., se
presentan partidos que se identifican por su raza, por su origen, por su
religión,… formaciones en cuya esencia reside la idea no de convivencia con las
opiniones diversas, sino de la de acabar con aquellas que le son contrarias;
de nuevo el populismo queriendo dejarse oír e influir. ¿Y en España?, para que
nadie me trate de parcialmente obsesivo con éste tema, me permito citar una
frase del economista y filósofo francés Guy Sorman, que comparto: “el populismo
en España avanza a través de las reivindicaciones independentistas, brutales en
el País Vasco y civilizadas en Cataluña, pero de la misma naturaleza
ideológica. Estos independentismos en España, en Francia …, al igual que en
Escocia y en el norte de Italia, como todo populismo, significan que la
democracia ya no nos permitiría vivir juntos y que debería trazarse una
frontera, cultural y étnica, entre Nosotros y el Otro”. En definitiva, desandar
el camino recorrido durante más de medio siglo.
El momento de crisis económica e institucional en que
vivimos es proclive a este renacer populista. En realidad sus líderes, es fácil
observarlo en cualquiera de sus discursos, no proponen soluciones a los
problemas del día a día, sino solamente críticas al “otro”, al que se le hace
responsable de todos sus males. Decir que “Espanya
ens roba”, o que los inmigrantes son los responsables del paro, o que la
pobreza es culpa de quien nos advierte de nuestro caótico endeudamiento, tiene
el denominador común de no querer asumir las propias responsabilidades y de
achacar a un enemigo imaginario nuestros problemas cotidianos. Un caldo de
cultivo propicio al populismo que solamente podremos vencer con un discurso
ilusionante en torno a una Europa democrática y sin fronteras.
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