Han caído en mis manos en la últimas semanas varios libros
de historia de distinto pelaje pero siempre interesantes. El primero es Reyes
Forales Medievales del Reino de Valencia, de José Vicente Gómez
Bayarri. Bayarri es Catedrático de Historia y miembro de la Real Academia de
Cultura Valenciana. A lo largo de más de trescientas páginas nos detalla las
semblanzas personales, los conflictos de política y armas, las principales decisiones
de las Cortes Valencianas, las distintas emisiones de monedas, etc., de los
reyes que ocuparon tal magistratura desde la creación del Reino por Jaume I,
hasta la unión de las Coronas de Aragón y Castilla en las personas de Fernando e
Isabel respectivamente. Se trata de un libro descriptivo, cronológico y repleto
de datos, bueno para entender el cuando
y el como, pero corto en lo que se
refiere al porqué. Adecuado para
quien desee una primera aproximación a nuestra historia medieval, a partir de
la cual profundizar en las razones de los distintos comportamientos.
El segundo es La Corona de Aragón. Manipulación, mito e
historia, obra del también Catedrático y prolífico escritor José Luis
Corral, tiene además la virtud de ofrecer una óptica “aragonesa” del periodo
histórico que trata: Corral nació en la zaragozana Daroca e imparte clases en
su Universidad. Como el autor afirma en la primera línea de la Introducción, se
trata de un libro de Historia y por ello no obvia ni fechas ni hechos, pero
incide de manera acertada en la amplia mitología y exageradas tergiversaciones se
han escrito sobre la Corona de Aragón, principalmente desde los antiguos
Condados Catalanes, en su ansia por justificar opciones que no son más que políticas.
Un simple repaso al índice y sus anexos nos deja claras las intenciones de la
obra: “La falsificación de la historia de la Corona de Aragón”, “¿Qué fue la
Corona de Aragón?”, “Las intitulaciones de los reyes de Aragón y soberanos de
la Corona de Aragón”, etc., exponiendo con meridiana claridad que la misma “No
constituye ninguna “federación”, ni “confederación” de Estados”, y que “Los
Estados que integran la Corona de Aragón mantienen sus propias leyes (Fueros de
Aragón, Usatges en Cataluña o Furs en Valencia) y sus instituciones,
pero bajo un mismo soberano”; una Corona en fin, que “se sostiene en sus
soberanos y en la continuidad de su linaje”, y que desaparecerá precisamente
cuando con la muerte sin descendencia de Carlos II el Hechizado, se acabe dicho linaje y la Corona de Aragón junto al
resto de Coronas hispánicas, entre en una cruenta y larga guerra civil de la
que a fin saldrá victorioso el Borbón Felipe V, precisamente el mismo al que
Carlos II había nombrado heredero en su testamento de 3 de octubre de 1700. Un
libro altamente recomendable y más ahora, con la cantidad de historietas que algunos nos cuentan.
El tercero de los libros es Historia de la nación y del
nacionalismo español, obra magna de más de mil quinientas páginas,
dirigida por Antonio Morales Moya, Juan Pablo Fusi Aizpurúa y Andrés de Blas
Guerrero, y en la que participan un total de cuarenta y ocho autores,
especialistas en las distintas áreas que se estudian. Se trata de una obra de
lectura y relecturas permanentes porque va a ser muy difícil a partir de su
aparición hablar de los orígenes mitológicos de España, de su extensa Edad
Media o las Crónicas medievales, de la “ideología” de la época imperial, o la
del romanticismo, o de las distintas corrientes culturales por poner unos
ejemplos, sin acudir a ella ni considerar las referencias que ofrece. Fruto
como queda dicho del trabajo de muchos autores, podría parecer en principio
contradictoria en sí misma puesto que llega a ofrecer versiones distintas de
unos mismos hechos, pero es ahí precisamente donde está su valor, en que lejos
de contradecirse se complementa con la riqueza de la discrepancia haciendo
buena quizás aquella arriesgada cita de Paul Valéry de que la historia
justifica lo que se desea, no enseñando nada porque lo contiene todo y da
ejemplo de todo. Libro apropiado para quien se acerque a la historia con ánimo
de aprendizaje del que se pase a una reflexión profunda sobre aquello que somos
y del porqué lo somos.
El cuarto libro es Historia mínima de España, de Juan
Pablo Fusi Aizpurúa. Fusi forma parte de ese grupo de historiadores, junto con
Antonio Domínguez, Santos Juliá, Vicens Vives, García de Cortázar, José Carlos
Mainer, García Cárcel, Carmen Iglesias, Fontana y algunos otros, que han sabido
unir al estudio e investigación de la historia, la difusión popular de la
misma, sacándola de las selectas aulas universitarias para hacerla comprensible
al lector simplemente interesado. Es posible que sea un atrevimiento por mi
parte afirmar esto, pero creo que son quienes mejor han sabido coger el testigo
modernizador de nuestra historiografía, iniciado por los grandes hispanistas ingleses y
franceses como Joseph Pérez, Hugh Thomas, Elliott, Bonassie, etc., superando
las primeras interpretaciones de los Sanchez Albornoz, Pidal, Castro o Madariaga,
por poner algunos ejemplos. En esa línea el libro de Fusi es un extraordinario
compendio, en trescientas páginas, de la historia de España desde su
prehistoria hasta la actual época democrática. Necesariamente debe ser un libro
de resúmenes e interpretaciones generales pero precisamente por eso es tan
valioso para quien desee tener un mínimo conocimiento histórico de su nación. El
texto se estructura en seis grandes bloques temáticos: La formación de Hispania,
La España Medieval, La España Imperial, El siglo XVIII español: el fin del Antiguo
Régimen, España 1808-1939: la debilidad del estado nacional y De la dictadura a
la democracia. Sin
menoscabo de que pueda cada cual matizar alguna de esas interpretaciones, es un libro absolutamente recomendable. Si quien esto
escribe tuviese alguna influencia en el Ministerio de Educación (y en los
diecisiete ministeritos autonómicos), propondría que no acabase ningún estudiante
sus estudios de enseñanza media, cualquiera que fuese la rama, sin haber estudiado
este libro.