sábado, 17 de marzo de 2012

En torno a la educación

          Estamos en tiempos de recortes, de manifestaciones y de quejas en general sobre casi todo, y dentro de ese todo por supuesto, sobre la educación. Uno de los eslóganes más coreados en calles y Colegios es “Por una enseñanza pública y de calidad”, en principio resulta de lo más lógico, todos queremos que la educación tenga la máxima calidad posible y por supuesto que la educación pública también la tenga, pero… ¿estamos diciendo que queremos que la educación sea únicamente pública?

          Veamos unos números realmente esclarecedores, según un estudio de los muchos que abundan en la red, “la plaza en un centro público cuesta al fisco una media de 6.567 euros anuales, por los 2.771 de la plaza concertada”. Se da además la extraña circunstancia de que los colegios concertados suelen tener cola de admisión porque los padres tienen en buena consideración la educación que allí se imparte. Colegios concertados los hay de diversas “ideas”, con un currículum común a todo el sistema, unos pertenecen a asociaciones de padres, otros a organizaciones religiosas, otros incluso de legaciones diplomáticas, etc., son en fin, una manifestación de la diversidad social, una expresión lógica de la libertad de hacer y pensar, algo imprescindible si realmente queremos vivir en democracia. Si todo esto es así, ¿debemos seguir empeñándonos en que la educación sea únicamente pública?

          Unos gritan mucho, están acostumbrados a “tomar la calle”, a corear eslóganes redondos, frases hechas que a base de repetir parecen verdades incuestionables, pero a los demás nos queda pensar las cosas, cuando hay un problema, y la baja calidad de la educación lo es, intentar reflexionar y en la medida de nuestras posibilidades, buscarle la mejor solución. Tranquilamente, sin apriorismos y desde luego, de igual a igual con los que alzan la voz más de lo aconsejable.