martes, 7 de octubre de 2014

El debate catalán (31)

Hoy traemos un buen artículo de José Oneto. Se acerca el 9 de noviembre y con él, cada vez los presagios son más tenebrosos.

Al hilo del artículo del Financial Times pienso en el tremendo egoísmo del nacionalismo catalán: tras el mitificado 1714, Cataluña alcanzó su gran desarrollo económico gracias a las medidas "unificadoras" implantadas por la nueva dinastía de los Borbones; con la implantación de barreras arancelarias impulsadas siempre por políticos catalanes, se protegió extraordinariamente la industria textil catalana, perjudicándose la producción lanera del resto de España; incluso con las dictaduras de Primo de Rivera y Franco Cataluña se vio favorecida por un trato de favor en cuanto a las inversiones públicas se trataba. La aportación de trabajadores de Andalucía, Extremadura y Castilla hizo el resto desequilibrando definitivamente el desarrollo económico peninsular. En estos momentos, de no ser por el respaldo del Estado, Cataluña sería incapaz de financiar su tremendo déficit, el mayor de todas las autonomías.

El pago a todo ello impulsado por el nacionalismo es el contínuo menosprecio, el victimismo insultante que presenta a las zonas más pobres como verdugos de una zona rica como es Cataluña y al final, una creciente desconfianza de los inversores hacia todo el Estado, un peso insoportable que lastra cualquier signo de recuperación.

En algún momento deberemos dejar de estar a la defensiva y decir las cosas claras, exigir no solo respeto a la ley, que también, sino un trato más justo hacia el resto de España, alzar la voz contra un sistema educativo falseador y perverso que ha sembrado odio valiéndose de las libertades conseguidas desde la Transición, dejar claro que el resto de los españoles también tenemos derecho a opinar y votar sobre la ruptura de nuestro Estado, y que nadie, por muchas banderas y por muchos gritos que lancen, tiene el derecho a privarnos de ello: no por ser nacionalistas son más que el resto.

Si el choque de trenes se produce porque los dirigentes nacionalistas parece que no desean otra cosa, ojalá nos coja a todos con fuerzas suficientes. Arrugarse en estos momentos sería imperdonable.

Financial Times anuncia una crisis devastadora