domingo, 27 de enero de 2013

UNA TERCERA (otra) MEMORABLE


Uno de los asiduos a la Tercera de ABC de los domingos es Fernando García de Cortázar, posiblemente, creo haberlo dicho ya en este blog, el más pedagógico de nuestros historiadores contemporáneos. En esta ocasión la dedica, oportunamente, a la declaración que al pasado día 23 aprobó el Parlamento de Cataluña a favor en última instancia de la independencia de esa comunidad autónoma.

Cortázar suele medir mucho las palabras, es pausado, por lo que se de él, poco dado a la vehemencia,  sin embargo y como buen vasco, también es contundente y claro en sus razonamientos; la gravedad del asunto sin duda lo requiere, y por ello no tiene reparos en hablar de la “temeraria estulticia y la desvergonzada deslealtad” del nacionalismo catalán hacia España, y de como para “la cultura nacionalista el pasado es sólo un arma de destrucción intelectual masiva”, sirviéndose de la historia no “para explicar lo que ocurrió sino para convertirla en metáfora de una identidad colectiva invulnerable”.

Ciertamente el nacionalismo usa asiduamente determinados aspectos del pasado, convenientemente barnizados por una gruesa y descarada pátina legendaria,  como arma a favor de sus principios políticos previamente formulados, descontextualizándolos del proceso histórico y ocultando aquello que no les interese; lo sabemos de sobra y no nos causa sorpresa, sin embargo, y ante el desafío sin precedentes que desde ese sector de Cataluña se está lanzando contra nuestra común convivencia, bien está que desde el mundo intelectual se fijen posiciones claras que iluminen el debate.      

No se si ustedes habrán tenido ocasión de leer la mentada declaración, mi particular impresión cuando lo hice era dudar si se trataba de un documento serio digno de debate parlamentario, o de un simple panfleto que comienza con “una farragosa exposición de hechos históricos, que solo revelan la enfermiza inclinación del nacionalismo de confundir las churras de las instituciones medievales con las merinas de los conceptos políticos democráticos”, en palabras de Cortázar. Una exposición histórica que no es más que una “retahíla de sucesos del pasado, enhebrada con singular torpeza y sublime ignorancia para enlazarla con una lectura de la transición que nadie en sus cabales puede tomarse en serio”.

Creo que era el hispanista John H. Elliot, quien en pasado año se refería escandalizado, a una pregunta que un estudiante universitario de primer curso de Historia le hacía después de una conferencia dada en Barcelona, refiriéndose la Guerra Civil como una confrontación entre España y Cataluña, ¡cuánto daño ha hecho dejar la educación un manos de los nacionalistas durante los últimos treinta años! Era el propio Elliot quien a una pregunta sobre las relaciones entre España y Cataluña, y refiriéndose al historiador catalán Vicens Vives, decía que éste “se pasó toda la vida intentando desmitificar la Historia de Cataluña, evitando esa postura de agravio que ha dominado tanto en la historiografía romántica catalana. Me preocupa que se pierdan esos intentos que Vicens hizo, y en parte yo también, para evitar ese reduccionismo. Si los jóvenes no son capaces de aprender esa lección que les hemos intentado ofrecer… Vicens quería revitalizar y modernizar la sociedad catalana y hacerla apropiada para la época del postfranquismo. Pensaba que estaba teniendo éxito. Ahora me preocupa que una generación esté aprendiendo una Historia deformada que no conecta la Historia de Cataluña con la de otras partes de España. Es una deformación de la realidad”; se trata de una cita larga, pero creo que merece la pena leerla.

La actual actitud radical que esgrimen los nacionalistas catalanes hubiese sido impensable en los años ochenta, ha hecho falta para llegar a ella el oportuno proceso de adoctrinamiento educativo. Bien está que conozcamos el terreno en que nos movemos para poder comprender en su justa medida de que estamos hablando.
      

    

Sobre el derecho a decidir

Un interesante artículo referido a un tema muy de moda.

http://www.elimparcial.es/nacional/pero-que-cono-es-eso-del-derecho-a-decidir-117653.html

sábado, 26 de enero de 2013

Al voltant de la filosofia

Prompte es posarà en marxa una important reforma de la educació primaria i secundaria a Espanya en la que pareix que la filosofia no resulta molt ben parada. Açi teniu unes opinions qualificades al respecte.

http://www.elcultural.es/version_papel/LETRAS/32199/Desolacion_de_la_Filosofia

jueves, 24 de enero de 2013

Diez reglas de oro para una buena vida

Vivimos en un mundo lleno de tribulaciones, por unos motivos o por otros el dificil sustraerse a situaciones de estrés. He encontrado un artículo que no dice nada nuevo que no sepamos, pero en ocasiones hace falta que alguien nos lo recuerde; a ver si os gusta.


http://www.motivacionymas.com/panos-mourdoukoutas-10-reglas-buena-vida/?utm_source=mym_240113&utm_medium=newsletter&utm_campaign=mym_240113

domingo, 20 de enero de 2013

El insoportable hedor de la corrupción



¿A que huele la corrupción?, físicamente a nada desde luego, a no ser que billetes manoseados por dedos sudorosos aventen el profundo hedor de la codicia. Sin embargo moralmente la corrupción asfixia, ahoga, mata cuanto de vida sana hay a su alrededor.

Hace muchos años que de tanto repetirse casi no han sido noticia los casos de corrupción de políticos, financieros, funcionarios que vendían una licencia o simples ciudadanos ávidos en la extorsión y el fraude. Lo que vemos estas semanas en los telediarios: caso Bárcenas, el Gurtel, los oscuros negocios de los Pujol, los Eres falsos de Andalucía, etc., en realidad no es tan distinto a aquello de Roldán, Filesa, el 3% de CIU o el hermano de Alfonso Guerra; la única diferencia como mucho es que el vaso está llegando al límite de su capacidad, pero también que las circunstancias son otras, porque ahora, la profunda crisis con que cada día nos despertamos, hace que cada nuevo corrupto que aparece sea un puñetazo a la cara de quienes con mucho esfuerzo, intentan mirar al futuro con una dignidad que para él quisiera el más importante de la calaña.  

Comparto la idea de que la mayoría de los políticos no son corruptos, pero también de que quienes lo son no merecen ninguna compasión, porque entre otras cosas tienen la obligación de la ejemplaridad, y que la justicia debía ser más diligente en su rápido procesamiento y castigo. Por circunstancias personales que a nadie le extrañarán, no me cuesta ponerme en la piel de los miles de militantes y simpatizantes de los partidos políticos que trabajan por su organización, con el propósito final de hacer algo bueno por su pueblo, por su barrio, por su región o por su país, y que sufren tremendamente cada vez que alguien de su mismo color, aparece como cuatrero que roba no solamente el dinero público, sino también la ilusión de todos ellos. Es preciso que los partidos sean más transparentes, las listas electorales abiertas para que cada candidato dependa menos de su supuesto mentor y más de los votantes, y que la política sea un instrumento de generosidad y no una profesión para aquellos que fuera de ella simplemente no son capaces de ser nada. 

Ojalá la mediocridad llegue a ser en algún momento la excepción en nuestras vidas.   
       

domingo, 13 de enero de 2013

Son datos, a la espera de confirmación



Hoy domingo se ha hecho pública una encuesta del diario El País, según la cual el Partido Popular habría perdido desde las elecciones generales del pasado año quince puntos, situándose por debajo del 30% en intención de voto. En principio es de suponer que el dato debe preocupar a los responsables de la formación política, aunque en el fondo no creo que no lo esperaran. En 2012 se han hecho las mayores reformas y ajustes en las cuentas públicas al menos desde el Plan de Estabilización de 1959, ajustes que nos han afectado de una y otra forma a todos los españoles, por lo que es normal que el enfado de muchos de los afectados se deje entrever en la encuesta. Reducir el déficit público como se ha hecho, en un momento en que los ingresos han sufrido una caída del 1,5%, no es tarea fácil, pero parece, a falta de los datos definitivos de 2012, que se está logrando.

Pero junto al anterior, también hoy en otros medios aparecen algunos datos económicos que al menos dejan entreabierta la puerta de la esperanza. En la tercera de ABC el economista Alberto Recarte resume esa esperanza en un recomendable artículo en el que valora los esfuerzos realizados, gracias a los cuales no solo se habría salvado España de la quiebra y por lo tanto del impago de sus deudas, situación que nos hubiese acarreado consecuencias catastróficas económica, social y políticamente hablando, sino que además hubiese situado al propio euro al borde del abismo, lo que hasta hace muy poco tiempo era anunciado por más de uno.

La prima de riesgo cerró el viernes a 331 puntos, cuando en julio pasado alcanzó la vertiginosa cifra de 632 puntos, el dato es bueno, pero hay que esperar que la tendencia se consolide, de ser así, el coste de la deuda disminuirá, y con ello nuestro déficit público, pero además lo mismo pasará con las empresas que, como ya han hecho en emisiones de estos primeros días de enero, se financiarán más barato. Ya hablamos del aumento de las exportaciones gracias a la mejora en la competitividad, fundamentalmente por la reducción de los costes internos, en parte salariales y por lo tanto, a costa del factor trabajo. Por otra parte los inversores extranjeros, imprescindibles para la recuperación, vuelven a confiar en nosotros, y desde noviembre de 2011 que tenían casi 310.000 millones de euros de deuda pública en sus manos que pasaron en agosto de 2012 a 192.000, vuelven a tomar posiciones pasando de 214.000 en el mes de noviembre pasado; buen síntoma teniendo en cuenta que el Tesoro espera emitir en 2013 entre 215.000 y 230.000 millones, algo menos que en 2012.

Si finalmente los buenos augurios se consolidan, quizás la tendencia en las encuestas de intención de voto cambien para dentro de tres años, pero si no lo hacen, al menos los libros de historia podrán decir que el gobierno que rigió los destinos de este país en tan difíciles condiciones, tomó decisiones de Estado, sin preocuparle el castigo electoral. 



     

miércoles, 9 de enero de 2013

Austeridad versus crecimiento


Uno de los debates que a buen seguro se reavivará a lo largo del año será entre aquellos que defienden que se siga con una política de austeridad a ultranza  en las administraciones públicas y los que por el contrario, piden medidas de crecimiento por parte de esas mismas administraciones. Ser austero en principio significa reducir gastos; y aplicar políticas de crecimiento, aumentar esos mismos gastos para que el dinero circule y la economía crezca, a costa claro está, del presupuesto. La disyuntiva para el gobierno es clara… y difícil, ¿qué hará?

Desde mi punto de vista ser austero no tiene porqué significar que no se apliquen políticas de crecimiento. Reducir el déficit es una prioridad urgente para España, tanto por el apremio de la Comisión Europea, un club del que formamos parte para lo bueno y para lo malo, como es tener que cumplir sus normas, como por los llamados mercados, es decir, aquellos que nos dejan dinero porque nosotros lo necesitamos y lo pedimos, y que si no tienen plena confianza con que lo devolvamos en los plazos establecidos, nos cobran un interés más elevado del normal, entrando en una peligrosa escalada de aumento del gasto financiero.    

Ya hemos visto el exagerado déficit público de 2011, queda por ver como cerramos definitivamente 2012, lo que es evidente es que durante los últimos doce meses, y creo que seguiremos así durante algunos más, la urgencia por su reducción ha hecho que se haya entrado a trapo en todas las partidas del presupuesto, lo que inevitablemente crea injusticias muchas veces difíciles de entender; en la medida en que se controle, es de suponer que se empezará a ser más selectivo y ese magma que conocemos como gasto podrá empezar a clasificarse y finalmente llegar a entender que ser austero significa eliminar ineficiencias, derroches inútiles, que la administración no suponga una carga insoportable para el sector productivo, pero que por el contrario, las partidas inversoras deben incrementarse, pero en inversiones que no resulten inútiles sino productivas económica y socialmente. Las infraestructuras que faciliten esa producción, la investigación, la educación y la sanidad, que no tienen porqué no ser a la vez motores de creación de riqueza y empleo, son evidentes partidas a incrementar.

Estar en contra de la austeridad por principio, como parece el caso de los sindicatos y algunos partidos políticos como hemos podido escuchar hoy mismo es, desde mi punto de vista, no haber entendido una de las grandes lecciones de esta crisis: no se puede gastar indefinidamente más de lo que se tiene, por muy “justo” que nos parezca ese gasto, porque si no, antes o después, llega el colapso. La austeridad no solo es deseable, es exigible por parte de quienes tienen la responsabilidad de administrar el dinero de todos, ¿en serio que puede haber alguien que lo dude?

En cuanto a las políticas de crecimiento cuidado, se puede hacer mucho antes que eso, sobre todo mientras no haya dinero disponible; primero reformar las administraciones, reducir su tamaño para que sean soportables, establecer una legislación estable y fácil de entender y de cumplir, de forma que crear una empresa o conseguir un permiso no sea el primer motivo de quiebra.  Y ojo con las subvenciones como motores de expansión, ¿no nos hemos escandalizado lo suficiente durante estos años con los parásitos que han vivido a costa de ellas, o lo que es lo mismo, a costa del contribuyente?

Será difícil establecer políticas de crecimiento a gran escala sin la ayuda de Europa, pero con todo las prioridades deberían ser, en la mayor medida posible, los pequeños emprendedores, principalmente a través del autoempleo, las pymes y las empresas exportadoras. Los lujos, los caprichos y el despilfarro, para más tarde, o mejor, para nunca más.
   

domingo, 6 de enero de 2013

2013, ¿suma y sigue?


Un año más y ya van cinco, la crisis y sus consecuencias abre telediarios, llena conversaciones y pinta caras de desánimo por doquier. Como era de prever, las cifras de consumo en las Navidades recién terminadas han sido menores, consecuencia directa de la menor capacidad de gasto que las cifras de desempleo y la incertidumbre general provocan. Pese a ello se han creado más empleos de los esperados en diciembre, un mes normalmente bueno es este sentido por su carácter estacional.

Macroeconómicamente solo el turismo y por otro lado las exportaciones nos dan alguna alegría, pasando del 24% del PIB en 2009 al previsto 35% en 2013. El dato no es menor porque estas cifras no solo contribuyen a equilibrar nuestra balanza de pagos sino que demuestran que la productividad fundamentalmente industrial mejora, es decir, que las empresas exportadoras están, con la que está cayendo, disminuyendo sus costes y por lo tanto la competitividad de sus productos frente a los que se producen en otros países: el ritmo de crecimiento de nuestras exportaciones se sitúa en el 7%, frente al 4,5% de media mundial.

Pero en el 2013, ¿qué pasará?, ¿realmente son creíbles los mensajes dados durante estos días por el presidente del Gobierno y los ministros de Economía y Hacienda, en el sentido de que será el año del cambio de tendencia?, a poco que nos asomemos a los periódicos económicos veremos que hay analistas para todos los gustos, hay quienes creen que así será y los que opinan que con tanto recorte solo conseguiremos hundir más la economía. Si en algo parecen coincidir es en que debe seguirse con las reformas, que hay que continuar cambiando lo que no funciona y eliminando ineficiencias. Vale la pena detenernos en un aspecto nuclear del tema, y que no por sabido, debemos obviar, porque ha de ser una de las grandes lecciones que durante generaciones deberíamos recordar, se trata del déficit público.

  1.        El déficit público es insostenible y hay que reducirlo por encima de todo. Solo en 2011 el Estado gastó quince billones de pesetas más de los que ingresó, déficit acumulable al del resto de años. No existen unas reservas propias con las que cubrir todo este dinero que nos falta, por lo que lo tenemos de pedir prestado; como la deuda es muy grande y el riesgo de insolvencia elevado, quienes nos lo prestan piden mayores intereses, ahí entra en juego la famosa prima de riesgo.
  2.      Para reducir el déficit hay dos caminos, aumentar los ingresos vía impuestos o reducir los gastos. Aumentar los ingresos supone pagar más IVA, más IRPF, más tasas…, en 2012 lo ha estado haciendo el Estado, las Autonomías y los municipios, pero ello reduce la capacidad de gasto de empresas y familias, y por lo tanto deprime aún más la economía. Disminuir gastos supone adelgazar las administraciones, disminuir el número de empleos públicos y por lo tanto más paro, recortar algunos servicios que reciben los ciudadanos, etc.      

Ante esta situación, ¿qué es lo que va a pasar en 2013? Pues evidentemente que las cifras de paro provenientes sobre todo del sector público van a crecer considerablemente; ahí los políticos tendrán que ser hilar fino porque se trata de adaptar el tamaño de la administración a nuestras posibilidades reales, mermando lo menos posible la calidad de los servicios públicos. La reforma de las Administraciones Públicas es inaplazable y cuanto antes se asuman sus costes, por dolorosos que estos sean, mejor. Las ineficiencias existentes claman al cielo y están en la mente de todos.

Se completará la reforma financiera y también aquí aparecerán por desgracia nuevas cifras de parados, pero en tanto no se complete la reorganización bancaria, provocada entre otras cosas por la pésima gestión fundamentalmente de las Cajas de Ahorro, regidas en muchos casos más por criterios políticos que técnicos, y la lamentable supervisión efectuada por el Banco de España, no volverá a fluir el crédito a familias y empresas, y sin ello la recuperación general de la economía será imposible.

Es necesario que se ofrezcan instrumentos de reactivación de la economía y apoyo a las empresas, de esa forma se crea empleo, se aumenta el consumo y por lo tanto las transferencias de dinero, y aumentan los ingresos públicos por la mayor recaudación sin tener que incrementar aún más los tipos impositivos. La forma de hacerlo es difícil, destinar dinero público para ello en grandes cantidades parece una quimera estando el déficit como está, pero si es muy importante la eliminación de trabas administrativas, la implantación de un mercado único efectivo por mucho que clamen las voces siempre airadas de los nacionalistas, la revitalización de la marca España y el aumento de confianza de los inversores internacionales para que incrementes sus inversiones y además disminuyan los intereses a pagar, etc.   

Efectivamente todo parece indicar que 2013 no será, aún, un buen año, pero desde mi punto de vista es el trago amargo que nos queda por tomar para ver el futuro más despejado. Si las reformas van completándose, si la cuerda social no se rompe porque de una vez por todas nuestros políticos y agentes sociales son capaces de llegar a acuerdos mínimos, si dedicamos más tiempo a mejorar nuestro cada uno su entorno y menos a criticar siempre a los demás, …y también si la señora Merkel nos echa una mano, pese a las elecciones que tiene para septiembre, la confianza irá aumentando y el oscuro túnel terminándose. Espero no cometer ninguna frivolidad si me despido animándoles en la difícil tarea.