F.Hayek
sábado, 25 de mayo de 2013
Un puntazo: libertad y responsabilidad
"Libertad no significa solamente que el individuo tiene tanto la
oportunidad como la carga de la elección, también significa que debe
soportar las consecuencias de sus acciones. Libertad y responsabilidad son inseparables".
domingo, 19 de mayo de 2013
Manuel Pizarro
Más allá de su ámbito puramente profesional, a Manuel Pizarro
empezamos a conocerlo cuando presidía Endesa, sociedad que por componendas
políticas el Gobierno de Zapatero pretendía vender a un precio notoriamente
bajo. A su tesón turolense le deben los accionistas una transacción justa, aunque el resultado
final de aquella batalla fuera que la empresa española cayese en manos
italianas. Después le veríamos en política, en el famoso debate con Pedro
Solbes, ganador efímero del encuentro porque el tiempo demostraría, para
desgracia de todos, que Pizarro tenía razón.
En 2009, publicó El
arte de la economía, un pequeño libro de opiniones en forma de frases
cortas, realmente ilustrativo. En su corta carrera política sin duda alguna Rajoy
le desaprovechó, una acción que muchos seguimos sin comprender.
Observador de excepción de la actualidad del país, el pasado
jueves día 16 pronunció una conferencia organizada por el Colegio de Economistas
de Alicante, sobre la situación de la economía española y las causas de la
crisis, a la que pone tres caras: la financiera internacional provocada en gran
medida por la confusión entre banca comercial y banca de inversión, con su
correlato español de sobreendeudamiento de los sectores público y privado pero
también de crisis moral de los banqueros y de desconfianza mutua entre ellos
porque nadie se cree realmente el balance de los demás, todo lo cual acabará en
problemas para financiar la deuda española. La crisis europea, motivada por una
evidente falta de liderazgo y de estructura institucional que ofrezca cierta
soberanía única a una moneda única. Y en tercer lugar una histórica crisis de
competitividad de la economía española, ajustada en gran medida en el momento
del cumplimiento de los criterios de Maastricht, pero de nuevo revivida tras un
largo periodo de crecimiento acompañado de inflación.
Ante tamaño panorama Pizarro propone una serie de ajustes que
de manera resumida podemos enumerar en los siguientes:
1/ Reforma financiera, que en su opinión de momento se ha
hecho tarde y mal, porque originada en ciertas entidades de ahorro, las Cajas
principalmente, ha contaminado en gran medida a todo el sistema. Además, los test
de estrés sectoriales han sido muchos más duros para las entidades españolas
que para las de otros países europeos, Alemania por ejemplo, lo que ha ahogado
aún más de forma innecesaria el sistema.
2/ Reforma energética que reduzca sus costes y elimine la
paradoja de que siendo el coste de la energía necesaria para España de unos
13.000 millones de euros, existan subvenciones con cargo a tarifas de entre
8.000 y 9.000 millones.
3/ Necesidad de incrementar el talento, el conocimiento,
porque España ya no volverá a competir internacionalmente en precios, sino en
calidad, para lo que es necesario establecer un adecuado sistema educativo e investigador
en el medio plazo.
4/ Reforma de las Administraciones Públicas, porque si
tenemos un 7% de déficit público lo que estamos diciendo es que estamos
sobredimensionados en ese 7%. Con la reforma, la Administración debe establecer
su concreto cuadro de competencias, y lo que no sea genuínamente suyo, dejarlo
en manos de las empresas.
5/ Replantear el Estado del Bienestar porque sin duda es una
marca genuina de Europa y no nos podemos permitir la frivolidad de destrozarlo,
pero para ello hay que revisarlo con el propósito de hacerlo sostenible.
Todo lo referente al sector público se traduce al final, en
opinión de Manuel Pizarro, en la necesidad urgente de acabar con las
ineficiencias, con los gastos superfluos a través de una exhaustiva contabilidad
de costes, como haría cualquier empresa, porque la consecuencia de ellas no es otra que el aumento de los impuestos y la entrada en un nuevo círculo de
inflación, falta de competitividad, disminución de la demanda y paro.
Se trata de la opinión de un liberal pronunciada a partir del bagaje que le da una intachable conducta ética.
sábado, 18 de mayo de 2013
Memorias de Ramón Tamames
Ramón Tamames ha publicado sus memorias. Corro a comprarlas, de momento veo una entrevista interesante.
http://www.elconfidencial.com/espana/la-vida-de-prisa/2013/05/18/ldquome-llamo-el-rey-y-le-encontre-un-poco-atemorizado-por-la-situacionrdquo-121147
http://www.elconfidencial.com/espana/la-vida-de-prisa/2013/05/18/ldquome-llamo-el-rey-y-le-encontre-un-poco-atemorizado-por-la-situacionrdquo-121147
jueves, 16 de mayo de 2013
El "problema" de España VI
El Padre Feijoo (Casdemiro, 1676 – Oviedo, 1764), antecedente clave de nuestra Ilustración, fue posiblemente uno de los
primeros intelectuales que miraron a Europa, fundamentalmente a Francia, como
modelo de aprendizaje. Quizás, aunque parezca un atrevimiento, podríamos
encontrar en él un antecesor del “España
es el problema, Europa la solución” de Ortega. Su obra literaria en forma
de ensayos, de los primeros en aparecer en España, fue una suerte de
recopilación de novedades científicas llegadas del continente y reflexiones
ante los errores que creía percibir en su entorno. La siguiente cita nos
ilustra contra los extremos y sobre la necesidad de conocer y apreciar lo que
proviene de otros países.
“Dos extremos,
entrambos reprehensibles, noto en nuestros españoles, en orden a las cosas
nacionales: unos las engrandecen hasta el cielo; otros la abaten hasta el
abismo. Aquellos que ni con el trato de los extranjeros, ni con la lectura de
los libros esparcieron su espíritu fuera del recinto de su patria, juzgan que
cuanto hay de bueno en el mundo está encerrado en ella. De aquí aquel bárbaro
desdén con que miran a las demás naciones, asquean su idioma, abominan sus
costumbres, no quieren escuchar o escuchan con irrisión sus adelantamientos en
artes y ciencias. Bástales ver a otro español con un libro italiano o francés
en la mano, para condenarle por genio extravagante o ridículo”
lunes, 13 de mayo de 2013
Una entrevista a Carmen Iglesias
Acabo de leer una entrevista en el ABC Cultural a la historiadora Carmen Iglesias. Un poco larga pero, como no podía ser de otra manera, extraordinariamente interesante. Os la brindo por si os interesa.
http://www.abc.es/cultura/20130513/abci-carmen-iglesias-entrevista-201305111734.html
http://www.abc.es/cultura/20130513/abci-carmen-iglesias-entrevista-201305111734.html
domingo, 12 de mayo de 2013
La hora de los sensatos
Hay momentos en la vida a los que la perspectiva del tiempo
ofrece la cualificación de la singularidad. Momentos que saltan inesperadamente
en el tranquilo devenir de los días para convertirse en claves de lo que
sucederá en las siguientes décadas. Momentos cortos pero intensos, en los que
un pueblo camina por el mismo vértice del precipicio quizás sin plena
conciencia del peligro, pero de cuyos pasos dependerá un futuro colectivo
armónico o trágico.
Muestras de ellos las encontramos en casi todas las épocas y
en todas las naciones. Próximos a nosotros en el pasado siglo, dos evidentes: el
final de la II República y la guerra civil, una anormalidad histórica fruto de
una “ingente frivolidad” en opinión de Julián Marías; y la transición a la
democracia, “la reconquista de la libertad” para el mismo autor.
El ánimo, la disposición, el talante que adoptaron los
responsables políticos y sociales en cada uno de estos momentos fue decisivo en
el resultado final alcanzado, porque son ellos quienes al final catalizan los
movimientos de masas. En el primer caso demasiados dirigentes vieron en el
sistema de libertades republicano el instrumento adecuado para imponer a los
demás su propia idea, su particular concepción del mundo. En el segundo, la
mayoría prefirió renunciar a gran parte de sus objetivos con el fin de lograr
un “consenso” en pos de una sociedad en la que todos cupiésemos y nos
encontráramos cómodos.
Vivimos en la actualidad circunstancias tremendamente
difíciles, inimaginables hace solamente tres o cuatro años. Una crisis
económica sin parangón a las vividas anteriormente por las actuales
generaciones está reduciendo drásticamente el bienestar de la mayoría, dejando
al descubierto además algunos viejos demonios colectivos con los que no
contábamos: corrupción, despilfarro, pereza y codicia por parte de responsables
sociales pero también de amplias capas ciudadanas, etc. Además, y por si
faltaba algo, ávidos ante un Estado débil y con problemas, los nacionalismos
vasco y sobre todo catalán, intentan aprovechar el momento para, ni más ni
menos, romper en pedazos el marco político que desde hace más de cinco siglos
nos une a los españoles, en un ejercicio de deslealtad institucional pero
también ciudadana que sin duda tardaremos mucho en olvidar.
Ante ello cabe preguntarse, ¿en qué quedará todo esto dentro
de diez años?, o mejor, ¿cuál es la posición, el camino óptimo que deberíamos
seguir? De las experiencias anteriormente referidas sabemos que contar con
dirigentes que sean auténticos ejemplos de comportamiento, capaces de
trasladarnos a todos la necesidad de esforzarnos porque el futuro vale la pena;
que a pesar de nuestras diferencias ideológicas, todos hemos de convivir en un
clima de respeto y libertad; que las penurias actuales, lejos de servir de
ariete de unos contra otros, deben ser lecciones para no caer en el futuro en
errores que ahora nos parecen de bulto, pero que hasta hace bien poco a casi
nadie quitaban el sueño. Necesitamos urgentemente de esos modelos, queremos ver
que desde la izquierda y la derecha se alcanzan acuerdos más allá de engañosos
intereses partidistas, que la Nación tiene conciencia de sí misma y no está
dispuesta a que nadie nos complique aún más la vida con lo que no son sino
intereses de unas pequeñas élites dirigentes, habitualmente ayudadas por acólitos
siempre dispuestos a romperlo todo; que lo común, lo de todos, está por encima
de lo particular, pero también que nadie debe invocar ese interés general para
ocultar lo que no han sido más que privilegios de unas nuevas “clases muertas”,
subvencionadas, cómodas en el chupeteo contante de las ubres públicas a costa
del esfuerzo de la mayoría. Necesitamos en fin, de hombres y mujeres prudentes
y a la vez ilusionados, que sean además capaces de enfrentarnos a los españoles, uno a uno, a nuestra propia
responsabilidad individual en la tarea común que a todos nos concierne.
Pasados unos pocos años sabremos si por la acción de quienes
nos dirigen, pero también por la de todos y cada uno de nosotros, hemos
conseguido llegar a un estado armónico, ni más ni menos que el apropiado según
nuestras posibilidades, pero libre y democrático que todos podamos considerar
como propio, o si por el contrario nuestra falta de memoria histórica, nuestra
ira y la secular manía de culpar a los demás de todos los males, la creencia de
que solo tienen razón quienes piensan como nosotros, nos ha conducido a un
insoportable estado de desorden social, a la falta de libertad, a la tragedia.
Sin lugar a dudas estamos inmersos en uno de esos momentos
históricamente trascendentales,… y es la hora de los sensatos.
miércoles, 1 de mayo de 2013
Retrato de una tarde
Después de días de frío y lluvia hoy hemos tenido una agradable
tarde de primavera (vaya primera línea más hortera que me ha salido; claro, es mayo
florido), de esas que invitan a pasear por la sierra o por las calles. Así las
cosas, me la he pasado en casa.
Hace unos domingos que en el ABC te regalaban un libro titulado Retrato de España dedicado a su 110 aniversario, y siendo la tarde
tan placentera, siesta de sofá incluida, no he encontrado mejor forma de
aprovecharla que repasando las risas y lágrimas de nuestro último siglo con
fondo de Eric Clapton en estéreo, que para esto de ver con perspectiva nuestros caretos siempre
ayudan los aires anglosajones. Tiene entradillas de algunos de sus columnistas más
o menos habituales: Santiago Castelo, Juan Pablo Fusi, Marina, Cortázar, Juan
Manuel de Prada, Juaristi, Gabriel Albiac, Ignacio Camacho, tan pesimista últimamente
de puro regeneracionista, etc.
Ver en foto y pluma ciento y tantos años de un tirón te hace
sentir como un moderno diablo cojuelo sobrevolando “lo más notable que a estas
horas pasa en esta Babilonia española”, y que puñetas, tampoco somos tan malos
ni tan distintos. Guerras, arte, muerte y vida, toros y literatura, pasión,
decepción, ángeles y demonios, héroes y villanos,… hombres y mujeres al fin y
al cabo, con una mezcla de grandezas e hideputas que no hay dios que las
separe.
Quizás el más certero sea el legendario Julio Camba, que
cierra el libro, hablando de los españoles que viven en París o Londres. “Como
ambos son españoles, ambos se pasan la vida protestando: el de Paris, contra
Francia, y el de Londres contra Inglaterra. Mientras tanto ustedes, los
españoles que no han abandonado España, protestan contra ella.” Pues eso, la
foto de una tarde cualquiera.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)