domingo, 19 de mayo de 2013

Manuel Pizarro


Más allá de su ámbito puramente profesional, a Manuel Pizarro empezamos a conocerlo cuando presidía Endesa, sociedad que por componendas políticas el Gobierno de Zapatero pretendía vender a un precio notoriamente bajo. A su tesón turolense le deben los accionistas una transacción justa, aunque el resultado final de aquella batalla fuera que la empresa española cayese en manos italianas. Después le veríamos en política, en el famoso debate con Pedro Solbes, ganador efímero del encuentro porque el tiempo demostraría, para desgracia de todos, que Pizarro tenía razón.

En 2009, publicó El arte de la economía, un pequeño libro de opiniones en forma de frases cortas, realmente ilustrativo. En su corta carrera política sin duda alguna Rajoy le desaprovechó, una acción que muchos seguimos sin comprender.

Observador de excepción de la actualidad del país, el pasado jueves día 16 pronunció una conferencia organizada por el Colegio de Economistas de Alicante, sobre la situación de la economía española y las causas de la crisis, a la que pone tres caras: la financiera internacional provocada en gran medida por la confusión entre banca comercial y banca de inversión, con su correlato español de sobreendeudamiento de los sectores público y privado pero también de crisis moral de los banqueros y de desconfianza mutua entre ellos porque nadie se cree realmente el balance de los demás, todo lo cual acabará en problemas para financiar la deuda española. La crisis europea, motivada por una evidente falta de liderazgo y de estructura institucional que ofrezca cierta soberanía única a una moneda única. Y en tercer lugar una histórica crisis de competitividad de la economía española, ajustada en gran medida en el momento del cumplimiento de los criterios de Maastricht, pero de nuevo revivida tras un largo periodo de crecimiento acompañado de inflación.

Ante tamaño panorama Pizarro propone una serie de ajustes que de manera resumida podemos enumerar en los siguientes:

1/ Reforma financiera, que en su opinión de momento se ha hecho tarde y mal, porque originada en ciertas entidades de ahorro, las Cajas principalmente, ha contaminado en gran medida a todo el sistema. Además, los test de estrés sectoriales han sido muchos más duros para las entidades españolas que para las de otros países europeos, Alemania por ejemplo, lo que ha ahogado aún más de forma innecesaria el sistema.

2/ Reforma energética que reduzca sus costes y elimine la paradoja de que siendo el coste de la energía necesaria para España de unos 13.000 millones de euros, existan subvenciones con cargo a tarifas de entre 8.000 y 9.000 millones.

3/ Necesidad de incrementar el talento, el conocimiento, porque España ya no volverá a competir internacionalmente en precios, sino en calidad, para lo que es necesario establecer un adecuado sistema educativo e investigador en el medio plazo.

4/ Reforma de las Administraciones Públicas, porque si tenemos un 7% de déficit público lo que estamos diciendo es que estamos sobredimensionados en ese 7%. Con la reforma, la Administración debe establecer su concreto cuadro de competencias, y lo que no sea genuínamente suyo, dejarlo en manos de las empresas.

5/ Replantear el Estado del Bienestar porque sin duda es una marca genuina de Europa y no nos podemos permitir la frivolidad de destrozarlo, pero para ello hay que revisarlo con el propósito de hacerlo sostenible.

Todo lo referente al sector público se traduce al final, en opinión de Manuel Pizarro, en la necesidad urgente de acabar con las ineficiencias, con los gastos superfluos a través de una exhaustiva contabilidad de costes, como haría cualquier empresa, porque la consecuencia de ellas no es otra que el aumento de los impuestos y la entrada en un nuevo círculo de inflación, falta de competitividad, disminución de la demanda y paro.    

Se trata de la opinión de un liberal pronunciada a partir del bagaje que le da una intachable conducta ética.